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Maradona cayó en la trampa de los laterales

El final del Mundial también terminó siendo lógico desde lo táctico para la selección argentina. Más allá de las ilusiones de los hinchas, el equipo de Diego Maradona siempre estuvo más cerca de una dura eliminación que de la vuelta olímpica. Hubo errores groseros de planificación, del armado de la lista, de la lectura de los partidos y hasta de los cambios, realizados más por intuiciones que por lo que exigían realmente los desarrollos. Hasta aquí, el andar del seleccionado estaba consignado por las individualidades ofensivas y las debilidades defensivas. El día en que las primeras no respondieron, no hubo goles; el día en que las segundas sufrieron el primer ataque a fondo de un rival, desbarrancaron. El análisis arranca así de simple porque el plan estratégico/táctico/futbolístico nunca fue tal. El día en que el partido ofreció una adversidad a los dos minutos de juego (el gol de cabeza de Müller) y exigió una respuesta desde el banco, ésta nunca llegó. No se habla de solución, se habla de intervención, de ejercer decisiones que no siempre logran los objetivos buscados, pero que por lo menos lo intentan. Siempre se marcó como falencia la última línea y no fue casualidad que la primera vez que el equipo -en lugar de marcarlo- recibió el primer gol, perdió.

¿Qué sucedió en el partido? Alemania hizo un planteo más que inteligente. Trabajó en embudo para defender (ver gráfico). ¿Cómo es esto? La trampa de Löw, entrenador alemán, fue dejar libres a los laterales Otamendi y Heinze y luego tomar uno contra uno al equipo argentino, pero marcando a Messi entre Schweinsteiger y Khedira, y el que no sobraba de Friedrich o Mertesacker iba con Tevez o Higuaín, por donde viniera la jugada, para hacer el 2-1 con Boateng o Lahm. El resto, como figura en la cancha: Podolski sobre Maxi Rodríguez y Müller sobre Di María. Lukas, además de desbordar a Otamendi por la izquierda, hizo un gran trabajo defensivo.

Argentina le dio sorpresivas libertades a Schweinsteiger, los centrales no anticiparon a sus receptores y el volante tuvo un partido sobresaliente en conducción, mentalidad, juego, inteligencia, voz de mando, desequilibrio. Fue lo que habría sido el mejor Verón para la Argentina, ya que también ejecutó las pelotas paradas. Además de repetir las ventajas por marcar en zona, la Argentina sufrió por las bandas desbordes constantes. El primer gol llegó de un tiro libre que generó Otamendi sobre Podolski; el segundo, tras otro pique de Podolski como wing izquierdo y un centro para Klose; el tercero, con un desborde de Schweinsteiger por la izquierda entre tres argentinos y un centro atrás para Friedrich; y el último, con una pérdida de pelota de Heinze y otro pique de Özil por la izquierda y un centro para Klose.

En un momento Maradona enrocó a Maxi con Di María y tampoco fue solución. ¿Por qué? Porque a ambos les gusta mucho más jugar sobre la raya y cuando se cerraban, los laterales dudaban y terminaban abriéndose arriba Tevez e Higuaín (ninguno con características para jugar por afuera), con Messi retrasado porque no le llegaba la pelota. Y cuando Messi levantaba la cabeza para encarar, tenía tres rivales encima. Muy difícil porque encima Alemania respondía con ataques ocupando todo el ancho del campo.

Pensar que una de las primeras convicciones que tuvo Maradona, allá por octubre de 2008, fue armar su selección ideal con Angeleri como lateral derecho y Papa por el sector izquierdo. Se podía estar de acuerdo o no con los nombres, pero él había definido claramente las características: futbolistas veloces, con intenciones ofensivas y desdoblamiento por las bandas. Luego del triunfo en el amistoso del 3 de marzo pasado ante Alemania, en Munich, Diego se decidió por los cuatro zagueros para conformar la defensa. Hasta lo confirmó un mes antes de debutar ante Nigeria. Sin embargo, sobre la marcha volvió a cambiar y puso a Jonás Gutiérrez (volante) como lateral derecho. Lo sostuvo ante Nigeria y Corea del Sur. Contra Grecia actuó Otamendi en la derecha (con Clemente por la izquierda), pero ante México volvió con Otamendi, Demichelis, Burdisso y Heinze. Los mantuvo justo en un partido en el que necesitaba rapidez para frenar a Podolski, Özil y Müller, además de buenos pies para atacar esas mismas bandas que dejaban desprotegidas los alemanes. Löw liberó a Otamendi y Heinze y tomó al resto de los argentinos. Otamendi y Heinze no marcaron bien a Podolski y Müller, respectivamente, se dejaron presionar y nunca pudieron ser una alternativa confiable de descarga para atacar. Salvo excepciones (un pase de Heinze a Tevez -en offside- y otro de Otamendi a Higuaín) nunca progresaron, abusaron de los pelotazos. Fallaron en todo el recorrido de la banda. Maradona cayó en la trampa de Löw, en la de sus propios laterales, y nunca pudo salir de ella.

20 faltas cometió el equipo argentino y ni así logró frenar la velocidad de las flechas alemanas.

Por Christian Leblebidjian
CanchaLlena.Com - 03 de julio de 2010
http://www.canchallena.com/1281544-maradona-cayo-en-la-trampa-de-los-laterales

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