Su función es cada vez más importante en los equipos: hablan los encargados de la puesta a punto de los planteles y explican sus teorías para que los jugadores respondan en un deporte cada día más intenso.
Primero sobresalieron solamente los jugadores. Después creció el protagonismo de los directores técnicos. Más tarde, el de los dirigentes. En el presente, otros actores del fútbol están ganando cada día más espacio: los preparadores físicos. Por un lado, porque el fútbol moderno invita al debate de correr-jugar, con el orden de los verbos acomodados de acuerdo con el gusto de cada entrenador. Pero, además, en estos últimos meses aparecieron revuelos en el ambiente futbolístico con los PF en el medio, como la despedida de Boca de Miguel Angel Russo por, entre otras razones, defender a su ayudante Guillermo Cinquetti, o la pelea de Rolando Schiavi, en Newell s, con el profe Ariel Perticarari por diferencias con el trabajo diario.
Está claro que el lugar de la preparación en los equipos ha crecido mucho. "Yo le asigno a la preparación física el 33,33% del rendimiento de un equipo. El 66,66% restante es técnico-táctico y mental. En el Lanús campeón, la fórmula del éxito fue haber sabido dosificar e integrar las cargas referidas a las capacidades con los contenidos técnico-tácticos que el entrenador consideraba que debía desarrollar." El que habla es Pablo Sánchez, de 44 años, el preparador físico del último campeón argentino. "En lo personal, estoy en la búsqueda permanente de la optimización del rendimiento de todos y cada uno de los integrantes del plantel. Creo que el rendimiento del futbolista debe ser integral y cualitativo, y por eso interrelaciono permanentemente el aspecto físico con lo técnico-táctico", explicó a LA NACION.
Juan Manuel Alfano, de 40 años y con una gran experiencia internacional (se desempeñó en Mallorca y Valencia, de España, e Inter, de Italia), trabaja con Juan Manuel Santella en Boca y aporta su visión: "En la pretemporada buscamos, en cinco semanas, preparar al equipo con la mejor puesta a punto posible para el debut en el torneo ante Rosario Central y en la Copa Libertadores. Hay que estar atentos a cada deportista. Creo que la tendencia es que la preparación física sea lo más individualista posible, porque cada hombre tiene características diferentes y edades diferentes, por eso la preparación debe ser diferente".
Con 28 años y un paso por Málaga, en España, y por Werder Bremen, en Alemania, Miguel Chacón, de Banfield, es el preparador físico más joven en la primera división. El interpreta su función de una manera mucha más abarcativa: "Nuestro trabajo resulta fundamental en este presente, porque el fútbol de estos tiempos es cada vez más físico. Yo creo que hoy en día el preparador físico desarrolla una tarea que reúne el trabajo en la puesta a punto y el armado del grupo más aspectos psicológicos y también motivacionales".
Todas las voces se quejaron del poco tiempo de preparación actual. Uno de los más enérgicos fue Pablo Martín, de Independiente: "No hay nada en la literatura que diga que en 20 días un jugador de fútbol pueda mejorar todo. Los preparadores físicos no podemos hacer milagros. A mí me complican los partidos de verano porque son obligaciones que hay que cumplir, el hincha quiere ganarlos y lamentablemente cuando vos querés hacer una preparación física seria esto te complica". En el mismo sentido protestó Ramón Cabrero, entrenador de Lanús: "En diez días no se puede hacer un trabajo de fuerza, ya no son pretemporadas como las de antes".
En general, cuando un técnico elige un preparador físico no suele cambiarlo. De bajo perfil, el uruguayo Oscar Ortega fue el designado por Diego Simeone como preparador físico de Racing, continuó en Estudiantes y hoy está en River. Ambos se conocieron en España, ya que Ortega estuvo al frente de la preparación física de varios equipos, como Sevilla (1999-2000), Atlético de Madrid (2001 y 2004), Zaragoza (2002) y Málaga (2005).
En Racing, Miguel Angel Micó también apostó por la continuidad: trabaja con los profesores Héctor Cóceres y Oscar Mazza, quienes ya lo acompañaban en el fútbol amateur de la Academia. Y en el otro grande, San Lorenzo, Ramón Díaz tiene a su lado a dos viejos conocidos: Oscar Dean, con quien trabajó en los exitosos años en River en los 90, y Pablo Fernández, que se desempeñaba como PF de Jorge Solari en Yokohama Marinos, en 1993, cuando el riojano era el goleador del equipo japonés.
Los futbolistas juegan. Los directores técnicos acaparan los micrófonos con sus esquemas de 4-4-2 o 3-2-3-1. Detrás, con un trabajo más silencioso pero no por eso desvalorado, los preparadores físicos forman parte importante de un equipo de fútbol. Porque, a su modo, ellos también juegan.
Los Ramacciotti, padre e hijo, en Gimnasia de Jujuy
En Gimnasia de Jujuy todo queda en familia: Marcos Ramacciotti es el preparador físico del equipo que dirige su padre, Carlos. En la pretemporada se realizó un trabajo especial sin concentración, y así lo explicó el hijo: "Es un sistema europeo nuevo, que realizan los equipos ingleses, y lo que buscamos marcar en ellos es el profesionalismo. Creemos que tenemos un plantel muy profesional y consideramos que están haciendo las cosas muy bien y están contentos también".
Por Carlos Beer. De la Redacción de LA NACION. Colaboró Xavier Prieto
“Los objetivos son a mediano plazo para un torneo de 19 partidos. Hay que tener la mejor forma rápido e intentar, con la fantasía de cada técnico, que sea lo más duradera posible”
Juan Manuel Alfano (Boca)
“Todo lo tenemos que tener listo para la primera fecha del torneo, porque si no ganás un par de partidos te tenés que ir”
Pablo Martín (Independiente)
“No tengo un modelo en especial, sino que uno toma diferentes aspectos de preparadores físicos y va forjando el propio, creando un estilo personal”
Miguel Chacón (Banfield)
“Tenemos excelentes preparadores físicos. Hubo una escuela de referentes que abrió el camino, desde los Kistenmacher, Mogilevsky, pasando por los Pizzarotti, Weber, Alfano, Daguerre, Santella y tantos otros...”
Pablo Sánchez (Lanús)
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Estamos viviendo días "tácticos" en el fútbol argentino. Enunciamos sistemas como meros números telefónicos (3-3-3-1, 4-2-3-1, 4-5-1, 3-4-1-2). No aprendemos más. No se puede hablar de tácticas sin nombres propios. ¿Quiénes son los tres zagueros? ¿Qué características tienen los laterales encargados de la banda ancha? ¿Se complementan o se duplican los dos volantes centrales? ¿Quiénes juegan por detrás del único delantero? ¿Tienen llegada, saben definir o simplemente son recuperadores adelantados en el campo? [...] Hoy, en la era del Play Station, los chicos no miran fútbol, no aprenden y su habilidad con la pelota no incluye el imprescindible conocimiento del juego. [...] En definitiva, el fútbol sigue siendo un juego en el que la pelota es más importante que la táctica. Si el equipo no da dos pases seguidos, cualquier esquema se cae a pedazos...
