Desde el 2001 hasta 2015 le dimos profesionalismo a los debates futboleros de café.

Hablamos de Entrenamiento, Táctica, Estrategia, Conducción de Equipos, Historia y Cultura del Fútbol

Unificamos nuestras fuerzas para seguir desde FÚTBOL FORMATIVO

Podés usar este buscador para navegar entre nuestros archivos:

El deporte y los niños, ¿diversión u obligación?

Hoy en día los padres de los chicos que practican el deporte más popular del mundo presionan demasiado a sus hijos para que lleguen a ser profesionales y puedan darles un gran beneficio económico. A partir de una investigación en el Club Ferrocarril Oeste se podrá conocer lo que sienten y piensan estos niños de diez años que parecen tener muy claro lo que quieren ser de grandes.





Son las once de la mañana de un sábado de noviembre. Es un día soleado, ideal para estar al aire libre. En Ferro se respira fútbol. Se respira muchas ganas de ganar y un clima tranquilo que de a poco se irá poniendo áspero. El árbitro da la orden y el partido comienza. En ese momento también empiezan los gritos los reproches, los insultos y también el aliento. Durante una hora veintidós personitas corren atrás de una pelota buscando ganar. Aunque por sus mentes no sólo pasa eso, sino también la presión que sufren desde los ruidos de la tribuna. Si usted piensa que esto es un partido de primera división está muy equivocado. Por lo contrario, esto es el clima que genera el fútbol infantil. Para algunos una simple diversión, para otros una apuesta hacia el futuro.

En los últimos tiempos, la vorágine de los medios y todo lo que rodea al fútbol como el merchandising, altísimos contratos y expectativas a futuro hicieron que se desvirtuara todo lo relacionado al deporte infantil como una diversión, como una manera de educación y formación personal. En la actualidad, muchos padres piensan en “salvarse”, es decir, tener un excelente futuro económico gracias al esfuerzo de un hijo que con tan solo diez años debe comportarse como un adulto. Este fue el caso de un jugador de River, Eric Lamela, quien fue pretendido por el Barcelona de España a los doce años con una oferta de 120.000 dólares por su pase. Su padre estaba de acuerdo, pero su madre no dejó que se llevaran al chico que actualmente está jugando en River.

Para conocer a fondo esta mecánica deportiva, es necesario conocer a sus protagonistas. Entrenadores, padres y los propios chicos dan su parecer.

El fútbol infantil según Diego Meirama, el coordinador de las inferiores del Club Ferrocarril Oeste, sirve para formar a la persona antes que al futbolista, porque según él, son muy pocos los que llegan y los demás deben dedicarse a otra actividad. Opiniones como esta chocan con la de algunos padres que se contradicen. Jorge Soto es padre de Tomás de nueve años que juega en Banfield: “Él lo hace porque le gusta, nosotros no lo obligamos, pero se lo toma como un trabajo”.

Cansancio, sufrimiento, ganas, competencia. Son algunos de los sentimientos que las caras de estos nenes transmiten. Son las tres de la tarde de un día de semana en el club Ferrocarril Oeste. La mayoría de los chicos llegan acompañados de sus padres. Tienen entre ocho y catorce años. Primero hacen la parte física. Abdominales y flexiones de brazos. Luego practican fútbol y a las cinco de la tarde se sientan en las gradas de la cancha para tomar la merienda: generalmente una banana y un vaso de chocolatada. Este es el momento clave para dialogar con ellos y saber qué sienten a la hora de practicar el deporte.

Joan de once años parece demasiado maduro para su edad. Su sueño es convertirse en jugador profesional. Le gustaría ser como Cristiano Ronaldo. Cuando se le pregunta por la competencia, el niño advierte: “Si me viene a ver un dirigente de un club más importante que el que estoy, voy a dar lo mejor sin que me importe si estoy jugando con un amigo”. Este pensamiento es claro que no lo formó por sí sólo sino que lo creó influido por el entorno mediático y futbolístico. Uno podría pensar que también es culpa de sus padres. Sin embargo, hablando con Verónica, la mamá de Joan, vemos que no es así: “A mí como madre me parece que una vida deportiva es lo más importante. No se si llegará o no”.

También hay otras visiones como la de Franco, un nene de diez años que sólo piensa en divertirse: “Vengo para jugar con mis amigos. Me gustaría llegar de grande, pero sólo pienso en pasarla bien”.

El momento del entrenamiento es bastante más distendido. Los días lindos practican en la cancha auxiliar del club y los días de lluvia hacen trabajos reducidos en el gimnasio. Todos los días entrenan juntos, pero en realidad están divididos por planteles. Hay cuatro torneos diferentes: la Liga Metropolitana, la Liga Argentina, F.A.F.I y F.E.F.I. Cada uno de los certámenes se juega cada quince días. Sábados y domingos por la mañana el Club Ferrocarril Oeste, así como todos los clubes partícipes de estos torneos, se llenan de chicos, padres, dirigentes y entrenadores dispuestos a todo para ganar.

Es el medio de un partido, hay dos equipos enfrentados, ¿los dos quieren ganar o sólo divertirse? Desde afuera se escucha: “Dale nene dale”, “Ganaste nene”, “Vamos carajo, despiértense viejo”, “Pegale”, “Quebralo” y muchas otras barbaridades que escritas no tienen el mismo significado emocional que en vivo y en directo cuando se las gritan a chicos de diez años. Ese tipo de agravios son los que hacen que niños de tan corta edad piensen como adultos: “Ojalá pueda irme a algún club mejor en los próximos años”, cuenta Julián de diez años.

Por otro lado cuando se les pregunta a los chicos por la actitud de algunos padres, se muestran totalmente en contra, lo que también se contradice con sus aspiraciones de gloria: “Se lo tendrían que tomar como una diversión de sus hijos”, comenta Joan.

Diego Meirama sostiene su preocupación sobre algunas actitudes: “este año hubo reacciones increíbles, hasta hubo problemas con algunos delegados de los clubes que no pueden controlarse ¿Cómo van a controlar a los pibes?”

Según una encuesta realizada en el club Ferrocarril Oeste, sobre 100 chicos entre 7 y 12 años, 63 ven al fútbol como una profesión y sólo 37 lo ven como un hobby. De los 63, hay 40 que sienten presión de parte de sus familias. Los 23 restantes sienten que son apoyados por sus parientes.

Por otra parte, sobre 100 adultos entrevistados, 75 piensan en el futuro de su niño en algún club importante, mientras que los 25 restantes sólo quieren que sus hijos se diviertan jugando.

Los números hablan por sí solos y si hay alguna duda sobre la concepción de los niños de este deporte, basta sólo con darse cuenta de lo que le inculcan sus padres.

Son las ocho de la noche de un sábado de noviembre, se los ve exhaustos, con cara de sufrimiento. Su jornada futbolística terminó. Sólo pretenden bañarse, cambiarse y volver a sus hogares para distenderse, aunque otros no. Otros están felices por haber podido disfrutar el juego. Así se los ve saliendo del club, volviendo a sus casas donde algunos serán felicitados y otros hostigados para que mejoren su rendimiento el próximo fin de semana.

CINCO TORNEOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLITA

Son cinco los certámenes que se juegan cada fin de semana en los distintos clubes afiliados.

FAFI, FEFI, la Liga Metropolitana, la Liga Argentina y el Torneo de AFA.

Para empezar, FAFI, Federación Amistad de Fútbol Infantil nació en marzo de 1978 con diez entidades fundadoras con Racing Club a la cabeza. En la actualidad el torneo se divide en 6 zonas de dieciocho equipos. La jornada empieza los sábados a las 14.15 y las edades van desde 7 a 12 años. En síntesis, por sábado se juegan 70 jornadas con promedio de 100 personas por club, lo que da como resultado una gran movilización. Los clubes más importantes que participan como Ferro, Huracán, Racing y Platense están acompañados de otros clubes de barrio como La Paternal, Don Bosco y Caballito Juniors entre otros.

FEFI, Federación Escuela de Fútbol Infantil es otro tipo de torneo en el que participan seis zonas de dieciséis equipos de la A a la F y también hay seis zonas por colores: blanca, bordo, celeste, oro, verde y violeta. La competencia se juega sábados y domingos y las categorías van desde 96 a 2002. La hora de inicio de jornada es 14.30 y la de finalización es 20.30 cuando termina la categoría 98. Son más de doscientos equipos los afiliados a esta federación.

El Torneo de AFA que depende directamente de la Asociación de Fútbol Argentino, existe hace veintiséis años. Todos los años recibe un nombre distinto en honor a algún personaje ilustre. Este torneo es para las categorías 96, 97 y 98. La sumatoria de las tres da como resultado al campeón en la segunda fase, en la que se encuentra el torneo en la actualidad.

La Liga Metropolitana es un campeonato paralelo al organizado por la AFA. En él son más los participantes, ya que las categorías van desde 94 a 2000. Son 22 equipos que se disputan el campeonato en veintidós fechas. Luego se dividen en zona campeonato y permanencia. Por último la Liga Argentina, en su décimo quinto aniversario se disputa en cinco zonas de seis equipos que se enfrentan entre sí. Las categorías van desde 94 a 99.

Estos son los cinco torneos de donde provienen las nuevas promesas de nuestro fútbol, pero también son causa de disgustos para muchos chicos presionados por sus padres.

Por Florencia Mó para Salvemos al Fútbol
http://www.salvemosalfutbol.com/escuela.htm

Seguir leyendo...

Leo, el muchacho que borda lo fácil

Ves jugar a Messi y piensas: hace cosas imposibles. Lo ves moverse, correr, driblar, marcar y dices: es un genio, hace cosas dificilísimas de hacer. Pero te equivocas. Lo grande de Messi es que hace cosas muy sencillas. O que hace aquello que nos parece difícil, fácil, cómodo. ¿Por qué es el mejor jugador del mundo? Porque tiene la capacidad de hacer lo difícil sin sufrir, sin angustiarse, sin padecer. Sufriendo no puedes ser el mejor en nada, en nada. Leo flota por el campo, a veces tienes la sensación de que no está, de que se esconde. Pero está. Y el rival lo sabe. Y lo saben sus compañeros, que han aprendido que sus apariciones van a ser el arma que les dará la victoria. Eso es lo que le hace tan grande.

Su objetivo solo es uno: divertirse

Miremos lo que hizo anoche Leo Messi. Miremos y pensemos, no cómo lo ha hecho, sino gracias a qué lo ha hecho. Y lo ha hecho porque es listo, inteligente y, sobre todo, porque tiene las condiciones adecuadas para hacerlo. Por ejemplo, mide sus esfuerzos como nadie. Nadie, en el Barça, se desgasta menos que Leo. De ahí que sus esfuerzos fueran anoche los justos. De ahí que, llegado el momento, en sus ocho acciones de gol (cuatro de ellas terminaron en las redes) hiciese 30 metros o 40 fulgurantes, únicos, vertiginosos, porque se había reservado para esos instantes. Si se pasara el partido corriendo, persiguiendo su momento, cuando le llegara no tendría chispa, llegaría agotado al instante de chutar, de rematar. Además, no olvidemos que técnicamente es buenísimo. Es imposible ser el mejor si no eres exquisito técnicamente. Y, tres, se divierte jugando, se lo pasa en grande jugando, porque es de esos muchachos, de esos jugadores, que mantienen la inspiración, las ganas, que tuvieron de niños, cuando empezaron a jugar pasándoselo bien, divirtiéndose.

Y, encima, el mejor tiene el mejor equipo

Y, claro, si al mejor lo arropas con el mejor equipo, la conclusión no es otra que el 4-1 de anoche. Equipo maravilloso, eficaz, disciplinado, inteligente, derrochador, para el goleador más eficaz. Y es aquí donde muchos se preguntan, te preguntan, por qué Leo no es así cuando juega con Argentina. Porque los compañeros no son los mismos, ni siquiera su situación en el campo y él se ve obligado a correr más, a buscarse más la vida de forma individual y derrocha energías sin sentido. Y Pep, que lo ha apartado de la banda, lo ha colocado en un sitio donde lo ha convertido en la referencia de sus compañeros. El equipo empuja, trabaja, elabora y roba para proporcionarle a Leo las mejores situaciones en las que él puede convertirse, en 30 o 40 metros, en lo que es: un jugador decisivo, determinante, perfecto.

Por Johan Cruyff. El Periódico de Catalunya. 07/04/2010

Seguir leyendo...

Retiro o crisis de identidad

El retiro del futbolista siempre es complejo. Más aún si el futbolista fue famoso y reconocido. Facundo Sava, quien pronto sacará un libro, es futbolista y sigue convirtiendo goles en Quilmes, el puntero de la B Nacional. Además ya tiene dos profesiones para el día después. Psicólogo social y entrenador. Sin embargo, el otro día me decía: "El retiro es un duelo que se trabaja en terapia, en mi caso, pero también con la familia y amigos. Siempre cuesta dejar el fútbol, incluso teniendo cosas pensadas no es fácil imaginarse sin jugar al fútbol y sin tener el cariño de la gente". Para prepararse para ese cambio brusco de vida que sufre el futbolista con esta jubilación anticipada, Facundo empezó a estudiar fotografía, algo que nunca había realizado en su vida.

Ser futbolista significa alcanzar un sueño y responde a un ideal social. Hacer lo que te gusta y ganar muy bien, los mejores hoteles, publicidades, conocer países, buenos autos, etc. Pero el 90% de los futbolistas no está preparado para el día después y es "retirado" forzadamente por el deporte, a veces cruelmente, porque no supo retirarse a tiempo. Alonso lo supo hacer, aunque declaró: "Corrió tanto frío por mi cuerpo que parecía que estaba muerto". Gatti no. Francescoli tardó un año desde su último partido hasta su fiesta de despedida. Zidane ya había tomado la decisión, pero fue retirado por la tarjeta roja de Elizondo.

El futbolista sube muy rápido, pero desaparece de la misma forma.

Es una carrera corta. Un psicólogo quizá tenga a los 50 años su plenitud. Sava es el ejemplo de que aún estando en terapia y con dos profesiones esperándolo, le cuesta decir basta. Imaginemos si del otro lado de la línea espera la nada o el vacío porque lo único que creo que sé hacer es patear una pelota. El retiro plantea una crisis de identidad, que lleva su tiempo elaborar y que si se sabe capitalizar crisis en italiano significa crecimiento.

Sugerencias para el futbolista que se retira: realizar un balance, establecer prioridades, ser consciente de que la gloria deportiva es muy corta, saber que con el deportista se retira la familia y cambian los roles, saber que el deporte de alto rendimiento es una adicción física y psicológica, hay que saber retirarse a tiempo y entrenarse para ese momento, con estudios y oficios previos para que el cambio sea menos traumático, es necesaria una nueva ocupación para sentirse útil, incorporar nuevas actividades sociales.

¿Cómo sigue esto si mi vida era la competencia? ¿Cómo se convive con el vacío, la pérdida y la nada? ¿Cómo me acostumbro a que no me feliciten por la calle? ¿Cómo hago para programar una vida como la de cualquiera? ¿Qué haré los 50 años que tengo por delante?

Cuando trabajé en Toluca (México)con Pekerman, en la ficha psicológica incluimos la pregunta sobre el retiro y, para nuestra sorpresa, el 50% de los futbolistas ya estaban realizando emprendimientos comerciales o de bienes raíces. Y el 50% quería seguir ligado al fútbol. Es decir, volver desde otro lugar.

Por Marcelo Roffé para el Diario La Nación. Viernes 02/04/2010

Seguir leyendo...

  © Blogger templates Newspaper III by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP