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Cómo se vulnera un esquema 5-3-2 en 27 segundos

"Así como una victoria llama a una victoria, una derrota puede llamar a otra derrota", solía decir Carlos Bianchi, en referencia a que las aptitudes futbolísticas pueden ser una herramienta para conseguir resultados, pero después también juegan los estados de ánimo, la confianza de los jugadores tanto para afrontar situaciones positivas como adversas. Las presiones son distintas, pero están, tanto para pelear un campeonato o para salvarse del descenso. Racing, que había conseguido un envión tras los éxitos ante All Boys y Boca, se cayó. Miguel Angel Russo debía preparar el partido con Estudiantes luego de tres caídas consecutivas, además de no poder contar nuevamente con Giovanni Moreno, Fariña, Cáceres y Pillud, lesionado en el torneo de invierno.

Entonces, optó por un esquema 5-3-2, que por momentos varió al 3-3-2-2 o al 5-4-1. Una línea de fondo con dos laterales con proyección (Lluy y Licht) y tres centrales (Martínez, Aveldaño y Cahais); un medio campo con Toranzo, Yacob y José Luis Fernández, y arriba dos puntas: Lugüercio (aunque juega más como volante) y Bieler.

Con tantos defensores y frente a un rival que -aún siendo difícil- no tiene hoy el poderío de aquel que ganó la Copa Libertadores, Racing controló a Estudiantes en el primer tiempo y, gracias a la inteligencia de Bieler para generar espacios para sus compañeros, sumó alguna aproximación, además del gol anulado a Aveldaño.

Racing pudo pensar: Estudiantes viene también golpeado por perder la Recopa a manos de Liga de Quito y estará más cansado físicamente, por lo que si en el primer tiempo se los neutralizó, en el segundo... Pero a los 27 segundos Estudiantes ya ganaba 1-0 con un golazo de Enzo Pérez. El Pincha tuvo la posesión del saque y en apenas un puñado de segundos, involucró a ocho de sus once jugadores, hizo nueve pases y, sin que nadie de la Academia tocara el balón, se puso en ventaja.

¿Qué sucedió? ¿Cómo hizo Estudiantes para vulnerar un cerrojo defensivo en un 5-3-2 de Racing y en 27 segundos? Tuvo movilidad, juego colectivo y control del balón y, sobre todo, efectividad en las entregas. Todo fue manejado en los inicios por Verón, la pelota fue del centro hacia la izquierda; de la izquierda al centro; del centro hacia la derecha; hubo proyección por ese carril, una pared y rotación; un centro de Mercado que se desvió en Pereyra y una definición excelente de Pérez. El final de la acción se puede observar en el resumen del partido

Desde que Fernández se desprendió y cruzó la mitad de la cancha, Racing estuvo bien parado: Licht con Mercado, Cahais con Auzqui, Yacob con Verón y -dentro del área- Martínez con Pereyra y Lluy con Benítez. El que quedó lejos fue Toranzo, el responsable de seguirlo. Es que más allá de los esquemas y las características de los jugadores, el fútbol termina en una pulseada del uno contra uno. Y en esa lucha, alcanzó con que uno de Racing no siga a su marca para que la ecuación ya no le cierre. Hubo mucho de mérito en el equipo ganador, pero también desconcentraciones propias. No sucedió una sola vez. A la inversa, sí se vio a Enzo Pérez preocupado de retroceder con su hombre hasta su campo.

Cuando Racing menos lo esperaba, apareció el mejor Estudiantes. No es que perdió por la desatención de un jugador. Fue una de las causas por las que empezó a perder el partido. Después, sí, desde el equipo y el DT, Racing no tuvo respuestas ante la adversidad.

La preocupación de Russo es que, en ataque, al equipo también le cuesta. Tiene buenos delanteros, pero le falta juego asociado. De los 5 goles que anotó en el Apertura, 3 fueron de un rebote tras un remate desde afuera del área; otro fue por esa vía y el restante de pelota parada. Con la mira en Lanús, deberá corregir mucho más que el esquema o las distracciones defensivas.

Por Christian Leblebidjian
Diario La Nación / canchallena.com

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Entrevista a Omar Asad, DT de Godoy Cruz

¿Cómo apareciste como DT de Godoy Cruz?
El club tiene una filosofía de reclutar gente con proyección, así les dieron chances a Llop, Troglio, al Checho Batista, todos debutantes o casi. Me venían siguiendo de las Inferiores de Vélez y al enfrentarme un par de veces con la Reserva de Godoy Cruz, Daniel Oldrá vio cómo jugaban mis equipos y me dio un espaldarazo enorme, habló muy bien de mí.

¿Tomaste las Inferiores como un paso hacia la Primera?

Mi sueño fue siempre trabajar en las Inferiores de Vélez unos años, aprender, ganar experiencia, pasar a Reserva y después a la Primera de Vélez. Pudo haber sido después de La Volpe y de Tocalli, pero no se dio porque no estaba preparado en un momento y porque el club era un volcán y no querían quemarme, en otro.

¿Con 6 años de Inferiores te sentís más “armado” como DT?

Sin duda, pasos lentos pero firmes. Las Inferiores te sirven porque podés hacer y deshacer la presión de la Primera, hasta ahora no vi que echaran a un técnico por salir último en la Sexta. Te vas a equivocar mil veces y esa tranquilidad de trabajar un año te prepara de otra manera.

También te sirve para evaluarte a vos mismo.
Claro, sobre todo en algún conflicto o racha negativa. Igual, nunca los traté como chicos sino como profesionales, porque lo único que les faltaba a esos chicos era cobrar un contrato.

¿Rechazaste propuestas en estos años?

Varias del Nacional B. En algún caso estuve por ir, y en otros decliné yo, sobre todo si el objetivo sólo era salvarse de algo, porque yo quiero más, voy para adelante como loco. Ahora, me sentía más preparado y con ganas de pegar el salto.

¿Ya no existen los viejos maestros que sólo aspiran a formar chicos?

El que es docente y maestro, en algún momento de su juventud, como que peca y quiere estar arriba. Entre los técnicos más grandes, de mayor edad, sí pueden existir todavía.

A vos, entonces, te parece mal que un técnico arranque en Primera sin experiencia.

Creo que si hacés las Inferiores como técnico tenés menos margen de error. Yo me equivoqué mil veces; hoy hay cosas que las manejo mejor porque las hice con los chicos y sé que salen.

Por ejemplo.

En Godoy Cruz juego con enganche, abrimos bien la cancha y llegamos por afuera porque me dio resultados. Con los chicos hacía prácticas de 7 contra 7, abríamos la cancha, tiraban el centro y todos iban a buscar el gol. Si lo metían de aire, valía doble y de piso, uno, para que se motivaran y pisaran el área con decisión.

¿Qué importa más en Inferiores: ser campeón o sacar jugadores?

Sacar jugadores, sin duda. Mi prioridad era que el jugador llegara completo y me sentía reconfortado cuando debutaba en Primera, ver reflejado en ellos lo que uno trabajó es increíble. Yo fui dos veces subcampeón con las categorías 89 y 90. ¿Sabés por qué? Porque al técnico que iba a recibir mi categoría le tenía que mostrar todos los jugadores para que después decidiera y faltando 5 fechas perdí partidos por sacar titulares y poner a otros chicos para mostrarlos. No me importó.

¿Vélez es una excepción en ese sentido?

Seguro. Como pasa en Estudiantes, Lanús, y algún otro; en la mayoría hay que ganar y salir campeón pero después van a buscar un 3 o un arquero y no hay. La culpa entonces es de los técnicos y de los coordinadores.

¿Los chicos no se ponen mal si no ganan?

Sí, pero no dejan de ser chicos, y están en pleno aprendizaje, uno como técnico les tiene que hablar. El fútbol juvenil es una muestra potenciada de la sociedad argentina: un chico que a veces no comió, otro que viene de una familia con padres golpeadores o borrachos, con hermanos drogadictos o chorros, la hermana que se separó y está de joda, o el chico que tiene una novia que le pide salir todo el tiempo y después llega mal, los amigos, la mala yunta, un verdadero quilombo. Decí que en Vélez están contenidos, con psicólogo, nutricionista, viáticos...

¿Cuál es el principal problema en Inferiores?

Los padres, los representantes y los coordinadores. El coordinador, porque les pide ganar; el representante, porque le llena la cabeza con que es el mejor y tiene que pasar al compañero, y la familia porque le mete la presión de que los tiene que salvar a todos. Yo hablaba mucho con los chicos, por suerte se me dio tener muy buena llegada con el jugador. Eso es importante.

¿Qué es lo que más te llamó la atención de ese mundo?

La locura de todos: hay que ganar el partido, lastimar el rival, pisarle la cabeza. Casi todos los clubes tienen gente que trabaja para eso. Ustedes no se dan cuenta pero si se meten un par de años en el fútbol juvenil lo van a ver. La mayoría de los clubes son así: con dirigentes, técnicos y padres que hacen todo mal, que vuelven locos a los chicos. Se olvidan que están en formación.

¿Es muy distinto dirigir a chicos que a profesionales?

Sí: a los profesionales tenés que exigirles al máximo; los chicos están para formarse.

¿Cuál es la clave para tener buenas Inferiores?

Infraestructura, y aquí va desde las canchas hasta los viáticos que se les da a los chicos, la pensión, los psicólogos y nutricionistas. Y entrenadores idóneos como entrenadores para potenciar el talento y que el día de mañana puedan vivir de esto.

¿Cómo fue tu primera charla como DT de Primera?

Tragué saliva como loco y les dije que había aceptado la propuesta por el plantel que había, que por ellos me tiré a la pileta. Que podía cometer errores, y que me ayudaran, que me acerquen las inquietudes, que estaba para aprender y crecer con ellos y que apostaba a pelear el campeonato. Alguno me miró medio raro.

¿De verdad pediste un premio por ser campeón?

Antes de empezar hablamos con los dirigentes: con 24 puntos te salvás del descenso directo y tanta plata, con 27-30 te salvás de todo y equis plata y después me quería dar un premio por 34 puntos, entonces le dije al presidente: “Si hacemos 34 estamos peleando el campeonato, paganos por salir primeros o segundos”. Y eso arreglamos.

¿Cómo armaste tu equipo de trabajo?

Con el profe Alejandro Rafael trabajo hace varios años. Es el hijo de Eduardo Rafael, un reconocido periodista que trabajó en El Gráfico y que siempre me acerca notas y material periodístico para colaborar en mi formación. Alejandro es un fenómeno, es de la escuela de Santella y lo expresa no sólo en lo físico, sino también en lo psicológico, en la gestación del grupo. Como ayudante está el Pacha Cardozo, aunque también quería a Sotomayor y a Almandoz, pero no se pudo.

¿No dudaste al irte y perder el paraguas protector de Vélez?

Me la jugué al irme y por agarrar un equipo en promoción a dos puntos del descenso. Me tiré a la pileta porque había buen plantel. Y joven. Distinto sería que hubiera jugadores grandes que te pueden complicar si entrás flojo.

¿Pediste consejos?

Hablé con mi familia, con mi representante Daniel Comba. Y en Mar del Plata me junté dos veces con Bianchi. Me dijo que empezaba una carrera muy linda, y me recomendó una sola cosa seria, fuerte: “Respetá siempre al jugador”

¿Qué es respetar al jugador?

Decirle siempre la verdad. El jugador capta enseguida si lo respetás, si priorizás a alguien o no. El técnico debe bajarle los humos al egoísta. Y después debe convencer con el trabajo: qué hacés, cómo se lo explicás, si en la cancha sale, si el día del partido, sale. Es fundamental cómo el técnico le llega al jugador. Si lo entiende y ve los resultados, el jugador se juega la vida por el técnico.

Cuando asumiste, Bianchi declaró que eras un chico muy sano. ¿A qué se refería?

Quizás a que nunca me metí con nada raro. Como jugador fui muy generoso, tal vez debí haber sido más egoísta para meter goles y que me vendieran, pero no reniego, ojo, porque la generosidad es una de mis mejores virtudes y lo que más me valoran muchos.

¿Les contás tus vivencias a los jugadores?

Nunca les puse la chapa de campeón del mundo, al jugador no le gusta. Una vez, después de ganarle a Banfield, les dije que los veía ganadores y mentalizados como el Vélez de los 90, una sola vez. Un equipo que entraba a la cancha sabiendo que lo peor que le podía pasar era empatar.

¿Cómo te definirías como técnico?

Soy valiente, pensante, ofensivo, me gusta atacar, soy confiable, respetuoso, honesto, serio. Bah, eso creo...

¿Látigo o franela con el jugador?

Al jugador le tenés que mostrar los dientes y darle una palmadita, no hay que ser duro ni flexible, el medio justo, te doy la soga pero te la tiro cuando quiero. Ningún extremo es bueno: si sos muy flexible te pasan por arriba, y si te hacés el fuerte o el soberbio tenés una distancia atroz con el plantel y nunca le llegás.

¿Qué hace un conductor cuando dos compañeros se agarran a piñas?

Habla con cada uno, después con el grupo y resalta que la figura es el equipo y si es muy grave, intenta averiguar a qué se debió. Pasa seguido.

¿Cuánto de fútbol y cuánto de grupos debe saber un DT? Porcentajes.

Para mí es 60 como conductor y 40 de fútbol.

¿Te considerás un técnico motivador?

Para mí está la motivación del trabajo y la motivación de la sanata. La sanata es cuando un tipo es un tronco y le quieren hacer creer que es Maradona. Para el jugador es muy duro eso. Y se da cuenta enseguida. La motivación del trabajo es cuando exigís en la semana y en la cancha sale lo que vos hiciste. Sanata es decir “Fuimos a buscar el partido” y no pasaste la mitad de la cancha.

El mejor técnico que tuviste.

Bianchi, Bielsa, el Maestro Tabárez y Julito (Falcioni) me dejaron cosas; Piazza, Manera, muchos.

¿Es casualidad que tantos jugadores de aquel Vélez histórico hoy sean técnicos?

Somos muchos, eh: Pacha, el Turu, Cabeza de Toro Pompei, Borrita Compagnucci, Basualdo, Trotta, Pellegrino, Méndez, el Coio, Camps, el Negro Gómez. Eso habla muy bien de la capacidad de aquel grupo que ganó todo. A pesar de ser muy jóvenes había mucha inteligencia, éramos maduros para la edad. Influyeron los técnicos que tuvimos en la Primera y también los que nos formaron en Inferiores. Y también el club, que después de retirados nos dio cabida a muchos para que empezáramos como entrenadores.

¿Quién es el mejor discípulo de Bianchi: vos o Cagna?

Diego me saca varios años de ventaja. Pienso que hay personas que te marcan, y uno trata de copiar lo bueno, aunque no va a ser igual, porque termina pasando por tu impronta. Ischia estuvo 10 años con Bianchi pero es distinto. Trato de ser similar a Carlos en el manejo.

Por Diego Borinsky
El Gráfico - Mayo 2010

La entrevista completa podés verla en
http://www.elgrafico.com.ar/2010/05/28/C-2686-en-el-futbol-hay-deslealtad-y-envidia.php

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