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Posted by Fútbol Formativo on Miércoles, 20 de mayo de 2015

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Videos de Entrenamientos del FC Barcelona

Compartimos con nuestros lectores una serie de videos de los entrenamientos del FC Barcelona

Que lo disfruten...





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Recuerdos del primer gol de Tomy

Emocionante relato de un papá con el primer gol de su hijo mayor... Imperdible.

Hoy Tomy metió su primer gol oficial en una práctica. ¡Una gran emoción y felicidad para todos! Pero la cosa no fue tan fácil así como suena sino que como si fuera una película dramática todo comenzó realmente muy complicado y hasta podría decir que algo triste.

Al comienzo de la práctica el profe pita penal, "Pateá Tomy" dice. ¡Chan! ¡Era la oportunidad que había estado esperando todo el año, cada entrenamiento y cada jugada! Todos los martes y jueves volvíamos hablando de que ya iba a venir ese golcito loco que tanto se hacia desear. Llegó el momento y de la manera más difícil tenía que ser.

Pareciera que el destino le dijo: "¿Así que querés meter un gol, Tomacito? Bueno, ¡dale! Ahí tenés un penal, ahora andá y metelo". Si, porque una cosa es patear un penal aislado cuando ya somos unos goleadores viejos... y otra muy distinta es con la presión de convertir por vez primera.

Así que nuestro pequeño amigo se dispuso a patear el complicadísimo penal. Ya sufría yo desde la tribuna sin saber claramente por qué (tal vez ahora pueda contarles que me preguntaba inconscientemente ¿por qué tenía que tocarle esa prueba tan complicada a mi chiquitín cuando había tenido tantas oportunidades más fáciles que pasaron tan cerca del arco?). Pero era así y había que confiar en que iba a salir bien.

Como todos imaginan, no fue así. ¡El bobis se la tiró a las manos del arquero! ¡Casi me largo a llorar! ¿Tan difícil iba a ser que la meta el pobre infeliz? La pesadilla era realidad y había que digerirla.

Me fui calmando cuando vi que Tomás seguía jugando como si nada. La situaciones se sucedían, cada vez lo merecía más y cada jugada me sorprendía más lo cerca que estaba y lo bien que estaba jugando mi pequeñito. Era Milito en "version mini" pero con la camiseta de Bou que justo hoy estrenaba. Tenía que ser hoy. No podía ser tan cruel la historia esta.

Fue así que en una jugada que vino por la derecha le queda un rebote en la puerta del área y luego de acomodarla con calidad la puso al lado del palo derecho del arquero para salir gritando a abrazarse con sus compañeritos y desatar la felicidad de todos. Luego de la euforia levantó la mirada y me buscó en la tribuna para levantar su dedo pulgar con una sonrisa gigante. Tenía que ser así. No podía ser de otra manera. ¡Fue el primero de miles! Ahora a aprender a patear penales.

Por Carlos Andrés Herrera

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Jorge Sampaoli, el argentino que potenció a Chile


SI ALGUNA VEZ la trayectoria de Jorge Sampaoli se convierte en un guión cinematográfico, la película podría comenzar con el actor principal haciendo footing por las afueras de Casilda, en la provincia de Santa Fe. Comienzos de la década de 1990, un camino de tierra, el sol escondiéndose entre las cosechas de maíz, un Rastrojero escupiendo gasoil, chicos jugando con camisetas de Newell’s y de Rosario Central con Yamaha y Zanella como respectivos patrocinantes, y un perro chumbando el trote de un Sampaoli anónimo, en soledad, sin que la parafernalia periodística supiera que en medio de esa nube de polvo y sudor se está gestando un fenómeno del que muchos años después tendrá que ocuparse.

El detalle que no debería faltar es un walkman. Sampaoli nunca sale sin un casette y auriculares: sólo corre si a la vez puede escuchar. Y no es música. Tampoco radio. No se permite ese tipo de distracciones. Aquí está la pequeñez que hace grande al asunto: su equipo de sonido reproduce las desgrabaciones de las pocas conferencias en las que su gurú ha profetizado un nuevo dogma. Su maestro es un director técnico de 35 años que, más que seguidores futbolísticos, cultiva fanáticos religiosos. Sampaoli, que acaba de pasar los 30, corre y escucha a Marcelo Bielsa. Lo reverencia.

“Estaba todo el día pendiente del fútbol. Es literal lo que digo. Y llegué a un punto en que era bielsadependiente. Salía a correr y escuchaba cintas de Bielsa. Lo seguía y lo grababa cada vez que daba charlas. Era un obsesivo de su Newell’s, sabía lo que él hacía desde que estaba en las Inferiores. Una vez fui a Córdoba, donde dio una conferencia con Carlos Griguol. Siempre me identifiqué con su filosofía, con su proyecto de fútbol de ataque, de cómo sentir el juego. Ahora sigo igual, pero también miro más equipos, no solo el Athletic de Bilbao”, se define –ya a comienzos de 2012– Sampaoli, 51 años, triple campeón en 2011 con la Universidad de Chile, dos veces de la liga local y una de la Copa Sudamericana.

Algunos años después de que Sampaoli decodificara la palabra santa a través de un walkman, el detalle de su perdición por Bielsa dejó de ser un instrumento de audio y fue uno óptico: los prismáticos. Podría ser la siguiente imagen de la película del técnico que se forjó solo: Sampaoli recorría los 350 kilómetros que separan Casilda de Buenos Aires, estacionaba enfrente de las canchas de la AFA en Ezeiza y, alambrado de por medio, sacaba su largavistas para seguir las indicaciones de Bielsa a los jugadores de la Selección, a 300 metros.

“Los ejercicios tácticos eran fabulosos”, se asombraba aquel hombre con sed de aprendizaje. “El ingenio importa más que el conocimiento”, ya se había convertido en su frase de cabecera. “Y enseguida hice relación con los ayudantes de Bielsa. Vivas, por ejemplo, me recomendó a Sebastián Beccacece, hoy mi ayudante de campo. Sebastián (también rosarino, un exdefensor sin mucha fortuna en Juan XXIII, equipo de la liga local) era otro silencioso fanático de Bielsa”, recapitula.

El walkman, los prismáticos y los kilómetros recorridos hablan de alguien que hizo del fútbol una misión: “De chico me la pasaba escuchando a Víctor Hugo Morales y a José María Muñoz, y consiguiendo todo tipo de información”. También lo consumía su fanatismo por River, el Beto Alonso y, en menor medida, Newell’s. Adentro de la cancha era un volante por la derecha con enorme despliegue, poco gol y un buen manejo de la pierna izquierda que derivó en su apodo: “el Zurdo”.

Empezó a jugar al baby en Central Argentino, un club que desapareció hace 25 años al fusionarse con Juventud Unida y Candelaria y, entre los tres, formar el actual Unión Casildense. Un día transitó los 50 kilómetros que separan a Casilda de Rosario y se probó en Newell’s. Lo aceptaron. Estuvo tres años en las Inferiores hasta que un día, nadie sabe cuándo ni cómo, se lesionó: fractura expuesta de tibia y peroné. Supuestamente fue en un entrenamiento y no en un partido, pero sus amigos aseguran que Sampaoli, de 17 años, borró ese momento: fue demasiado doloroso como para recordarlo.

Siguió jugando, pero ya no en torneos de AFA, sino de regreso en la liga Casildense, un torneo que reúne equipos de Casilda, Arequito, Pujato, Fuentes, Sanford, Chabás, Villada y Los Molinos. El fútbol en versión chacarera. En su pago chico fue futbolista de Unión Casildense, Aprendices Casildense y, tras la cesión de un jugador más el pago de una pequeña suma de dinero, llegó a Alumni, club en el que en 1991, en su último año como futbolista, salió campeón: 1-0 a Huracán de Chabás. Pero lo suyo con la pelota no era solo patearla sino, sobre todo, dirigirla: ese año fue ayudante técnico de Mario Bonavera, el entrenador. En realidad, desde el año anterior ya era el preparador físico de las Inferiores de Alumni, en coincidencia con la carrera que, varios años después de que terminara la secundaria, había empezado a estudiar. Hasta que en 1992, al fin, arrancó su aventura como técnico en la Sexta y en la Reserva de Alumni, “mi club”, como lo define. Tenía 31 años y empezaba a trabajar en su obsesión, el fútbol, y en su vocación, la dirección técnica.

Hasta entonces, y desde los 18 años, había sido empleado en el Banco Provincia de Santa Fe, en Casilda; y en el Registro Civil, en Los Molinos. Hubo días en que el juez de Paz faltaba y Sampoli actuaba de casamentero. También firmaba partida de defunciones. Es la etapa desconocida de un tipo que empieza a ser conocido. Los bielsistas son tipos a los que uno pensaría dos veces antes de hacerles un chiste, pero aquel Sampaoli entra en la categoría de bromista pesado: un día, apenas cumplida la mayoría de edad, escondió en una estufa la radio portátil que un cajero había llevado para escuchar el Mundial Juvenil 1979 y el banco se llenó de humo. Otra vez, al regreso de un partido en Rosario, tiró por la ventana las llaves del auto, cansado de pedirle al chofer que condujera más rápido.

En 1993, dos dirigentes de Alumni, Sergio Abdala y Luis Scapinello, fueron visionarios y le pidieron que asumiera la Primera. Sampaoli ya vivía a la sombra del Newell’s de Bielsa, por entonces convertido en un técnico de culto. Y en 1994 y 1995, mientras seguía decodificando la filosofía de su gurú, Sampaoli llevó dos años consecutivos a Alumni a las finales de la liga. Perdió ambas, pero en la segunda llegó la foto que empezaría a cambiarle la vida: a los 10 minutos de la definición contra 9 de Julio de Arequito, como visitante, el árbitro expulsó a ese técnico gritón, renegado e hiperactivo. Sampaoli dejó la cancha y se subió a un árbol, por encima de la tribuna donde estaban los hinchas de Alumni. Desde allí vio el resto del partido. Un fotógrafo de La Capital capturó la imagen que, tiempo después, llamaría la atención de la dirigencia de Newell’s.

En el libro La vida por el fútbol, de Román Iucht, el futbolista Darío Franco recuerda la práctica en que Bielsa, algunos años antes que Sampaoli, se subió a un árbol: “Entrenábamos tiros libres. Empezamos a buscarlo y no lo encontrábamos. Hasta que lo descubrimos. ¡Estaba arriba de un árbol viendo cómo pateábamos!”. Sampaoli, sin embargo, dice que no conocía esa locura de su maestro. “En la cancha no había tribunas y desde el árbol veía mejor que al ras del piso, así que aproveché para dar indicaciones desde arriba”, explica.

En 1996, Sampaoli –que también viajaba a Buenos Aires para ver a su River, el de Enzo y Salas, sus nuevos ídolos- dirigió a Belgrano de Arequito. Por tercer año seguido se clasificó a la final de la Liga Casildense. Y esta vez fue campeón. Una corriente de energía positiva sacudió su carrera y enseguida llegó al fútbol de la AFA: entró a las Inferiores de Newell’s, club que lo delegó de inmediato –sin haber alcanzado a dirigir allí- a Argentino de Rosario, que por entonces era su filial y jugaba en la B Metro. “Una época hermosa”, recuerda. Su debut fue el 13 de mayo de 1996: goleada 3-0 a Laferrere, por los octavos de final de un Reclasificatorio. A la instancia siguiente fue eliminado por Temperley, pero Sampaoli se quedaría casi toda la temporada siguiente: ganó 11 partidos, empató 13 y perdió 6. Se fue en abril de 1997, en medio de conflictos económicos entre Newell’s y Argentino.

En realidad, ya desde 1994, Sampaoli estaba instalado en Rosario, trabajando en paralelo en Renato Cesarini en la formación de jugadores. Allí conoció a su segundo referente, Jorge Solari; y a su futuro preparador físico, Jorge Desio, hermano de Hermes, exjugador de Independiente. “Tengo una oferta del exterior y si se confirma me voy”, avisó antes de asumir en Argentino de Rosario por segunda vez; y enseguida fue contratado por Juan Aurich, de Perú. Sería una experiencia efímera. “A los tres meses renunció el presidente que me había llevado. Me fui yo también”, maldice.

Pero volvió a Perú en 2002 y se quedaría seis años más. Le fue bien en Sport Boys y muy bien en Coronel Bolognesi, con el que debutó en torneos internacionales: la Sudamericana 2006. Enseguida, en 2007, dio el salto a un grande, Sporting Cristal, que fue, paradójicamente, su primer fracaso.

-¿Qué concepto tiene del fracaso?
-La adversidad me hizo crecer. Me dio fuerza, convicción. Y entendí que me fue mal porque, entre otros motivos, me faltó decisión para sostener lo que pensaba. Al jugador le hice descreer de mi idea.

-¿Quién aprende más? ¿El técnico del jugador, o el jugador del técnico?
-El técnico de los jugadores, sin duda. Nosotros tenemos que potenciar a los jugadores. El peor entrenador es el que despotencia a sus futbolistas, el que no los hace rendir al 100%.

En su perfil bajo de siempre siguió en O’Higgins de Chile y en Emelec de Ecuador en 2010, hasta que explotó en Universidad de Chile, en 2011. Bicampeón nacional, 36 fechas invicto y rey de la Sudamericana después de exhibiciones futbolísticas que ya quedaron en la mitología. “El 4-0 a Flamengo en Río de Janeiro, por octavos, fue perfecto. En el vestuario me encontré con Ronaldinho y me dijo que nunca había jugado contra un rival tan superior”.

En enero de 2012, la Federación Internacional de Estadística del Fútbol eligió a Sampaoli el séptimo mejor entrenador del mundo, el primer argentino de la lista. Como todos los veranos, el Zurdo –padre de dos hijos, Sabrina y Alejandro– volvió a Casilda, pero esta vez fue recibido por una multitud y declarado ciudadano destacado por la Municipalidad. También sucedió algo muy poco habitual: Bielsa le mandó un mail felicitándolo. La relación Sampaoli-Bielsa es de admiración, no de contacto personal. “Nunca tuvo un diálogo personal”, revelan los amigos del casildense.

-¿No le gustaría trabajar con Bielsa?
-No creo. Para mí es el mejor técnico del mundo, pero prefiero tenerlo como un mito y seguirlo de cerca, pero sin incomodarlo.

-Y al fútbol argentino ¿cómo lo ve?
-No hay laterales derechos, no hay wines. En verdad, ya no hay tantos futbolistas. Antes se podían formar dos o tres selecciones, ahora hay una sola. Miro fútbol argentino y no le encuentro atractivo, no llego a los 30 minutos. Me pasa como en el italiano. Es el momento de mayor crisis de nuestro fútbol, en la relación de los argentinos con el juego.

A veinte años de aquel Sampaoli anónimo, corriendo solo con su walkman, tal vez haya jóvenes que hacen footing en algún punto de la Argentina, o de Chile, y escuchan en su mp4 la palabra santa del nuevo gurú. Es San Paoli y su vida cinematográfica.

Por Andrés Burgo

Nota publicada en la edición febrero 2012 de la Revista El Gráfico

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DTs y PFs argentinos en la cima del fútbol de América

Chile, Perú, Argentina y Paraguay son los 4 semifinalistas de la Copa América Chile 2015. Las 4 selecciones están comandadas por cuerpos técnicos argentinos, lo que deja posicionado a nuestros Directores Técnicos y Preparadores Físicos como los mejores del continente...


PÓKER DE PROFES ARGENTINOSFelicitaciones a los profes Elvio Paolorosso (Argentina), Néstor Bonillo (Perú), Jorge Pidal (Paraguay) y Jorge Desio (Chile) por estar entre los mejores 4 de América



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Gerardo Martino y el estilo de juego de Argentina

"Argentina nunca tuvo estilo de juego, nunca fue reconocido a que jugaba, a atacar, a defender, a contragolpe... Argentina comprende todo eso. No hay una manera que distinga al juego de Argentina, de nunca, es una cuestión histórica. La idea no está, viene un tipo y la quiere hacer de una manera, viene otro y la quiere hacer de otra..." (Tata Martino, en conferencia de prensa durante la Copa América Chile 2015)

INTERESANTÍSIMO DEBATE que planteo todo los años en los Cursos. Al haber sido campeones del mundo con Menotti y Bilardo, con tantas diferencias ideológicas, no tenemos claro que somos.

¿QUÉ PIENSAN? ME GUSTARÍA LEERLOS...

Agrego al debate que hoy el Diario Olé planteó esto con la opinión del Flaco y del Narigón. Copio y pego para el que quiera leer...

CESAR LUIS MENOTTI: “Les pasa a todas las selecciones”

“En pocos países hay continuidad de estilo entre los entrenadores de la selección. Se pueden encontrar excepciones como Alemania, en algunos períodos. Lo que hizo Klinsmann quizá pueda reflotarse con Löw. Brasil atravesó un proceso parecido: modificó a favor del éxito y sostuvo una idea que luego no funcionó: ahora volvió a depender de las individualidades. La ausencia de éxito que tuvo Scolari en el Mundial hizo que Dunga modificara el proyecto. Ahora, si el ex DT hubiera salido campeón, seguiría en el cargo.

Como hace años que no ganamos nada, buscamos con variantes conseguir algo que finalmente no tiene continuidad. La sensibilidad de los argentinos es que la Selección tiene que tener una idea de juego, pero eso no significa manejar la tenencia como una estrategia. Eso es una necesidad.

Los cambios en los ciclos suceden en todos lados. Si vamos a Europa, podemos verlo en Holanda: no es lo mismo Michels que Hiddink o Van Gaal. Son buenos entrenadores, pero cada uno lleva adelante su idea.

En nuestro país la cuestión es muy profunda: no hay continuidad en los clubes y se cambia a los técnicos constantemente. El fútbol argentino tiene una crisis sociopolítica. También es cultural: a los debates los domina el éxito y si no se gana, no sirve un carajo...”.

CARLOS SALVADOR BILARDO: “A la gente le interesa ganar”

“Me agradaron los ciclos de Maradona, Batista, Sabella y ahora también Martino. Son todos distintos. Es difícil hacer comparaciones. No me gusta comparar porque no es el momento. Se debe comparar dentro de cinco años. De todos modos, insisto: no me gusta hacerlo. Creo que desde afuera es difícil opinar. El fútbol argentino es uno de los mejores del mundo, pero hay muchas desigualdades. También pasa en Italia, España y en muchos otros países. No hay demasiado tiempos para trabajar. Se nota en este torneo largo, que no será tranquilo: se fueron más de diez técnicos.

A la gente le gusta ganar, no hay caso. Lógico que en lo posible hay que ganar, gustar y golear. Pero si ganaste, chau, ya tenés una ventaja. Y eso es muy importante. No interesa cómo estás, cómo no estás. Depende de cómo te levantaste ese día y de cómo te salen las cosas cuando entrás a la cancha.

En la actualidad no hay tiempo en el fútbol. No te esperan. Es difícil dirigir cuando todo el tiempo existen rumores que dicen que te estás por ir. Es imposible. No creo que haya una solución.

Todos los que están y alguna vez tuvimos la fortuna de pasar por la Selección queremos que le vaya bien, sea la mejor del mundo y gane todo lo que juega, pero también está esa complicación del tiempo...”.


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Javier Mascherano hablando sobre liderazgo, Barcelona y Argentina



No se pierdan la entrevista a Javier Mascherano en Basta de Todo, donde habla de liderazgo, Barcelona, Argentina y su nuevo libro.

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Corrupción en la FIFA


Editorial de Alejandro Fantino sobre el escándalo en la #FIFA, la #CONMEBOL y la #AFA https://t.co/RzyNgzgci3. Dale RT. ¡Que se difunda!
Posted by Futbolche. Portal para profesionales del fútbol. on Jueves, 28 de mayo de 2015


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MOURINHO, "ANTIFÚTBOL" PERO EL MEJOR

¿Cómo se explica que un entrenador, que a lo largo de su carrera como tal haya ganado 22 títulos sumando competiciones locales e internacionales, haya ganado las Ligas de 4 países distintos, 2 UEFA Champions League, premio el Entrenador FIFA del año 2010 (entre varios galardones individuales) sea señalado como la bandera de "defensivo", "antifútbol", "tramposo", "cobarde", etc.? Todo eso genera la figura de José Mourinho, para mi, el mejor entrenador del mundo. Ah, me olvidaba, nunca jugó profesionalmente al fútbol, le falta el famoso "vestuario” con los jugadores, y oh casualidad, esa es su habilidad más elogiada, ya lo veremos...

El pasado 3 de Mayo Mourinho en esta segunda etapa con el Chelsea, ganaba otra vez la Premier League de Inglaterra, su tercera con el equipo de Stamford y el número 8 en total con esa escuadra contando los 6 de su primer ciclo y la Capital One de este año ganando al Tottemham en la final, siendo obviamente el entrenador que más campeonatos ha ganado con los Azules de Londres . Desde el año 2003 que Mourinho no ha bajado del podio con los equipos que ha dirigido en las distintas Ligas europeas, como ser Portugal, Inglaterra, Italia y España. Sus equipos, Porto, Chelsea, Inter y Real Madrid, con su llegada se hicieron poderosos y sumamente competitivos, y por caso todos ellos se encontraban en momentos donde los títulos escaseaban. Que esos equipos estuviesen en épocas de vacas flacas es solo casualidad? Para nada, la personalidad avasallante y súper ganadora de Mou ama eso, él busca siempre esos desafíos, lo más difíciles, donde realmente uno demuestra su real valía como LIDER de grupos, de equipos, no se siente cómodo en lo fácil. Y si, así se comporta un cobarde, dicen los que "saben de fútbol", los expertos del "diario del lunes".

Hablando un poco de su modelo de juego y de cómo entrena, acá no voy a objetar nada, a él le gusta el modelo de "ataque directo", adaptado siempre a las filosofías históricas de los clubes donde le ha toca trabajar, así lo ha dicho en varias oportunidades. Muchos de los jugadores que han trabajado bajo las órdenes de Mou destacan con creces sus métodos de entrenamientos, diciendo que son innovadores, divertidos y completos por sobre todo. El portugués tiene como metodología primordial a la Periodización Táctica y partir de ahí, de la táctica se desprenden todos los ejercicios y modos de preparar a los equipos. Suele decir "Yo no sé donde empieza y termina lo técnico, táctico, físico o psicológico, yo entiendo al fútbol como una globalidad", y siendo más divertido otra vez también dijo "O acaso alguien que toca el piano corre alrededor del piano cuando prepara un concierto?". Con esto, ¿qué quiere decir? Que él junto a su equipo de trabajo, con su asistente principal Rui Faria a la cabeza, no confeccionan sus planes de entrenamiento con lo típico de "lunes y miércoles físico, martes y jueves técnico-táctico y viernes pelota parada", no, eso no se concibe bajo ningún punto de vista. Mourinho y Faria establecen ejercicios donde se combinen todos o algunos de los 4 factores que inciden en la práctica del fútbol ( técnico, táctico, físico y psicológico), todo dentro de una contextualización, lo más aproximado a una situación de juego. Otro de los puntos muy destacados en él y también manifestado por sus jugadores y gente especializada es que en sus entrenamientos pueden verse reproducciones casi idénticas del rival de turno. Insistimos, esta es la forma en cómo entrena a un equipo un "antifútbol".

Volvemos a los títulos ganados, y esos 22 que hice referencia se encuentran 1 Copa UEFA con Porto, y 2 UEFA Champions League, 2004 con el Porto y 2010 con el Inter, y otras tantas veces que ha colocado a sus equipos entre los 4 mejores de Europa. Recordemos estas dos últimas, 2004 se corona con Porto al ganarle la final 3 a 0 a la sorpresa AS Monaco, pero antes dejó en el camino al Deportivo La Coruña ( en ese momento el famoso Súper Depor), al Lyon multicampeón de Francia y al Manchester United, eliminándolo en Old Trafford con un festejo inolvidable de Mou, además en fase de grupos clasificó en el mismo grupo del Real Madrid. En toda esa Copa de 13 partidos perdió un solo partido, pero claro, seguimos describiendo el estilo de un "defensivo" y "antifútbol". Ni que hablar del 2010, triple corona con el Inter de Italia, ganando ese trofeo después de los logros de Helenio Herrera en los años 60. Esa copa recordada por haber eliminado al poderoso Barcelona de Pep Guardiola en el Camp Nou, pero sin dejar de destacar que también dejó en el camino a Chelsea, Spartak de Moscú y al Bayern Munich en la final, equipos esos que en sus respectivas ligas fueron campeones. Pero volvemos a lo mismo, es un entrenador "cobarde", "defensivo".

¿Por qué soy irónico con esas denominaciones? Porque la gente solo recuerda lo que le conviene, se queda con los partidos emblemáticos, los que quedan en la memoria colectiva y ojo, no digo que este mal, pero falta más objetividad y buen criterio a la hora de hablar. Mou, un estudioso hasta el más minimo detalle de sus rivales, sobre todo en sus duelos contra Barcelona dirigiendo al Inter y al Real Madrid eligió estrategias con agresivas coberturas defensivas y atacar los espacios en contraataque para lastimar a su rival. Los resultados fueron diversos, ha ganado y ha perdido en la misma proporción, siendo el ÚNICO entrenador en la última década que supo cómo frenar y lograr vencer a este Barcelona que está en unos años de ensueño, ganándole campeonatos inclusive. ¿Acaso está mal planificar estrategias de destrucción de juego?, ¿jugar de contra o ganar un partido con la pelota parada? ¿Está mal saberse inferior al rival y variar tu estilo en pos de ganar? Digo, porque a ese nivel te pagan un sueldo para GANAR, no para dar espectáculo, para eso tienen el cine, o los teatros con obras muy interesantes.. Acá voy a apuntar a los medios de comunicación, muchos de ellos alimentan y forman la opinión del público futbolero diciendo que los equipos de Mourinho juegan feo y no aportan nada al espectáculo, cuando solo ven 3 o 4 partido al año siempre y cuando les toque transmitir UEFA Champions League. Dos de esos ejemplos en Argentina son Diego Latorre y Horacio Pagani, dos hombres de gran trayectoria en el medio deportivo. Ellos consideran y transmiten a la gente que si el fútbol no se juega con pelota a ras del suelo, sino se hacen lujos, si no se pasan la pelota 34 veces antes de patear, entonces se juega feo, no es valido, es hacer trampa. Me pregunto yo, ¿por qué no van a dirigir ustedes? Creo que como hombres de medios y de los cuales nosotros consumimos su opinión, merecemos algo mas objetivo, que describan lo que realmente ven o no lo que les gusta o quisieran ver. Eso acá en Argentina y en Europa ni que hablar del famoso "BUS" cada vez que Mou le gana a algún equipo armando un fortín defensivo y con contraataques mortales, se me viene a la mente "la tormenta perfecta" con Benzema, Cristiano y Di Maria tantas veces empleada en el Madrid o el partido del año pasado por Premier League con Chelsea arrebatándole el título liguero tan ansiado a Liverpool.

Mourinho en mi opinión es único, capaz de adaptarse a cuanta situación de juego sea necesaria, no por algo alguna vez lo llamaron "el entrenador alienígena", mejorando además a jugadores y ayudarlos a dar saltos de calidad enormes en sus carreras, y así puedo nombrar a Frank Lampard, Didier Drogba, John Terry, Diego Milito, Angel Di Maria, Mezut Ozil, Raphael Varane, Eden Hazard, etc. Su relación son los jugadores aún su cualidad más destacada, prácticamente todos ellos dicen que ante los medios es un personaje y que en la intimidad del vestuario es alguien distinto. Referenciando a jugadores de mi país que han sido dirigidos por él, Hernan Crespo y Diego Milito han destacado de Mou, que su gran virtud radica en cómo le llega al jugador, la forma en cómo se comunica, la capacidad para motivarlos y hacerles creer que todo es posible. "Nos hacia salir a la cancha como leones", manifestó también en alguna oportunidad Didier Drogba. Y vuelvo a insistir, esa es la manera de trabajar de un "tramposo" y "antifútbol". 

Podría escribir horas y horas sobre Mourinho, será que también al igual que él, yo tampoco fui jugador profesional, entonces quizás siento una identificación más personal, al margen de que soy un creyente 100% de su modelos de juego y métodos de entrenamiento. Ni que hablar de su manejo con la prensa, lo cual admiro y adoro cada vez que tengo la oportunidad de escuchar una rueda de prensa o sus duelos mediáticos con distintas personalidades como Cruyff, Wenger y casi todos los medios españoles. Finalizo con la siguiente frase de Oscar Wilde: "Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor, que no hablen".

Y de esta forma seguirán hablando mal de Mou aquellos críticos de café que no entienden el juego, y no digo que no lo entienden por el hecho de no saber, sino por el hecho de que no aceptan otras posturas que triunfan y obtienen grandes logros. En definitiva es tan grande la figura de Mou que siempre para bien o para mal continuarán mencionándolo. José Mourinho, para mi, el mejor de todos.

Por Pablo Ignacio Benítez
Estudiante del Curso de Director Técnico Nacional de Fútbol en la Escuela de Técnicos de Vicente López

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El día en que todos hicieron trampa

Lo que pasó en Liniers entre Vélez, Arsenal, Delfino y sus asistentes confirmó que la honestidad en el fútbol es una utopía. Y que lo único sano es… la pelota. Algunas definiciones de trampa:

Contravención disimulada a una ley, convenio o regla, o manera de eludirla, con miras al provecho propio. 

Infracción maliciosa de las reglas de un juego o competición. 

Ardid para burlar o perjudicar a alguien. 

Lo que sucedió el sábado en el Vélez-Arsenal es inédito en el fútbol argentino. Hasta ahora se sabía que los futbolistas hacían trampa en pos del “hay que ganar como sea”. Pero en Liniers, además de los futbolistas y los técnicos, hizo trampa el árbitro y uno de sus asistentes.

Primero metió la mano Pavone. Eso hizo pifiar a Delfino, que vio la mano pero se confundió el color del brazo. El árbitro creyó que era del moreno Daniel Rosero Valencia y no del delantero de Vélez. Por eso, coherente a lo que él creyó haber visto, le mostró la segunda amarilla al colombiano y cobró penal.

A partir de ahí, todo lo que sucedió dio vergüenza. Y fue un claro reflejo de lo que es la sociedad: lo único que le importa es el beneficio propio. Al comentarles Rosero Valencia a sus compañeros que él no la había tocado con la mano, todo Arsenal se puso en campaña para hacer algo más que protestar. Silva charló con un camarógrafo que estaba a centímetros de la jugada (que por los gestos que el Pelado hizo después le habría confirmado lo sucedido), a Abbondanzieri lo llamó “alguien” para contarle la jugada y una vez que el cuerpo técnico de Arsenal supo la verdad… el descontrol.

 Lucas Comesaña, el cuarto árbitro, escuchó lo que se hablaba en el banco visitante, confió en lo que le decían y le avisó a Delfino. Es cierto: lo habrá hecho para no cometer una injusticia. Por lo mismo, supuestamente, Delfino decidió volver atrás con las decisiones tomadas (el penal y la segunda amarilla). Sin embargo, el árbitro hizo trampa para salvarse de un error. Ni hace falta decirlo pero por las dudas: no es reglamentario usar la tecnología para tomar decisiones. Eso hizo Delfino, un excelente árbitro que vive dentro de las reglas de una empresa como la FIFA y se equivocó groseramente. Es más lógico que un referí vea mal una jugada a que espere que la televisión le diga qué fue lo que sucedió. De hecho, lo primero pasa todos los días en todos los partidos y lo segundo es la primera vez que ocurre. Básicamente porque no está permitido y, hasta hoy, no es parte de la esencia del juego. Pero el sábado, parece, Delfino no tenía ganas de cargar con un error. Y cargó con uno mucho mayor. Porque a Delfino no le preocupó la justicia sino sufrir el engaño de Pavone. 



Cuando el árbitro cambió el fallo, obvio, las protestas de mudaron de barrio. A nadie de Vélez le interesó que se hiciera justicia sino el procedimiento. Russo no gritaba que había sido penal sino que reclamaba “no se puede, no se puede”. Al técnico le sobraba razón en el reclamo aunque no tenemos ninguna duda de que si la jugada hubiese sido idéntica pero en el área de enfrente, habría actuado igual que Abbondanzieri y compañía. Y tampoco tenemos ninguna duda de que Palermo habría reclamado de la misma manera que Russo. Porque la justicia es lo que menos importa. Sólo se pide justicia si es para beneficio propio. Y justamente Russo es el mejor ejemplo. Cuando lo perjudicaron gritó “no se puede, no se puede”. Cuando lo favorecieron, no contento con beneficiarse de una trampa, vociferó: “penal y expulsión, penal y expulsión” ¡tras una mano de un jugador de su equipo!

Por Christian Colonna para Revista Un Caño

http://revistauncanio.com.ar/opinion/el-dia-en-que-todos-hicieron-trampa/

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