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El "doble 9", según el cristal con que se lo mire

(Christian Leblebidjian. Diario La Nación

El sábado, en Liniers, fue interesante ver cómo la misma receta del "doble 9" puede tomarse para bien o para mal, de acuerdo con el espejo en que se lo mire.

Colón salió con la pareja titular Rubén Ramírez-Esteban Fuertes, mientras que Vélez se la jugó por la dupla Nanni-Hernán López en la segunda etapa, como antídoto para remontar un 0-2.

Analicemos la primera, muy bien alimentada por el enganche Lucas Acosta: la idea era que siempre uno hiciera de pivote del otro, que aguantara el balón para que su compañero pasara y generara el espacio para llegar a posición de gol. El primer tanto nace de un movimiento de Fuertes para Acosta, que la abre hacia la izquierda para Tito Ramírez, y el 2-0 (ver gráfico) surge a los 48 minutos del PT de un balón que Tito Ramírez aguanta para Fuertes; éste gira y toca por el centro para el Ramírez volante (Alfredo), que a espaldas de Somoza asiste muy bien a Rubén Ramírez (el mismo que había comenzado el ataque), que define al primer palo de Barovero. Más allá de la precisión en velocidad en las entregas, fue muy importante la movilidad de los futbolistas para no superponerse y crearse los espacios. Como ésas hubo varias, una muy clara que se gestó entre Fuertes y Rubén Ramírez para que llegara Alfredo Ramírez mano a mano con el arquero y que terminó salvando Somoza en su regreso, porque hasta había sido superado Cubero, en la posición de líbero. Eso sí: en la segunda parte hay que mostrar los videos para dejar en claro cómo no deben jugar dos N° 9. Tanto Fuertes como Ramírez cayeron presas del egoísmo y, por no pasarse la pelota, no resolvieron el partido antes en contraataques de 3 vs. 3 o 2 vs. 2. Recién a los 47 del ST, Acosta puso el 3-0.

Enfrente, Vélez salió a jugar con un 3-5-2, sin un N° 9 definido y con Juan Martínez y Cristaldo como delanteros. Con el 0-2, Tocalli se la jugó con los ingresos de Nanni (al inicio del ST) y Hernán López (a los 24 m), pero no sacó a los puntas titulares, por lo que pasó a jugar 2-3-3-2, con Cristaldo, Martínez y Papa por detrás de los tanques . Sin embargo, lo mejor de Vélez fue cuando estuvo uno solo de ellos en el campo de juego, en los primeros 20 minutos. Juntos, Nanni y López no tuvieron movilidad y su estatismo (más la falta de precisión en los lanzadores) les facilitó la tarea a los centrales de Colón. En el caso del ganador pareció algo planificado, mientras que en Vélez dio la impresión de ser un manotazo de ahogado .

En la 11a fecha hubo otros ejemplos de distintas decisiones: cuando se lesionó Morel Rodríguez en Boca, el partido estaba 1-1 y faltaba muy poco. Ischia lo reemplazó con Fondacaro (defensor) en lugar de apostar con Figueroa + Viatri y en un equipo que, ya sumados Mouche y Gaitán (además de Riquelme, recostado sobre la izquierda), terminó tirando centros. Y ganó por esa vía: desborde de Mouche por la derecha y centro que fue bajado por Viatri para el zurdazo de Gaitán. En el sorprendente Tigre de Diego Cagna, jugaron como pareja de ataque dos tanques , Lazzaro y Altobelli, y el tercer gol llegó con una asistencia desde la mitad de la cancha del primero para el segundo.

Distintas recetas, similares y diferentes formas de apostar. ¿Cuál es mejor? Los DT pueden elegir los delanteros en función de las características con que cuentan en los planteles o (simplemente) por una cuestión de gustos. Marcelo Bielsa, en la selección argentina, no quiso superponer a dos N° 9 como Gabriel Batistuta y Hernán Crespo. Ni siquiera cuando el equipo estaba perdiendo y exigía con los centros al punto del penal. Como se ve, depende del cristal con el que se lo mire, pero no hay fórmulas mágicas ni que aseguren un resultado. Y si no, alcanza con ver el video de Vélez-Colón.

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Eliminatorias 2010: Chile 1 - Argentina 0




RESUMEN DEL PARTIDO




REPERCUSIONES DE LOS MEDIOS ARGENTINOS



ANALISIS DEL PROGRAMA "90 MINUTOS" POR FOX SPORTS

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"Siempre va a ser más creíble alguien que jugó"

El ex futbolista y actual comentarista de Fox Sports y La Red ya tiene un estilo propio ante el micrófono. En una entrevista abierta con los alumnos de segundo año de la carrera de Periodismo Deportivo defendió la convivencia entre deportistas y periodistas en los medios de comunicación.

¿A la hora de analizar un partido, encontrás diferencias entre un periodista y un ex deportista?
La diferencia la nota la gente. Siempre va a ser más creíble alguien que jugó que alguien que nunca lo hizo. Eso no significa que yo sea ni mejor ni peor. Yo estoy convencido, y la prueba es que en todo el mundo se está usando al deportista como comentarista. El enfoque que tiene un futbolista es diferente del que tiene un periodista. Igualmente, hay periodistas que se acercan mucho y son muy respetados, ven bien el fútbol y saben explicarlo, entre ellos Fernando Pacini o Macaya. Son los que a mí me gusta escuchar, que no se van por las ramas. En el comentario de fútbol hay muchas cosas que uno puede decir de un partido. Lo primero es asumir un rol secundario: la pelota la tiene el relator, eso es inevitable. Si vos querés hablar más que el relator, ya estás empezando por la Z y no por la A. Tenés que aclarar el panorama y ver cosas que el relator y la gente no ven. Sobre todo porque en la tele la pelota está siempre enfocada, pero hay un montón de cosas que no se ven. A partir de ahí, ser sintético, ser claro en lo que uno quiere explicar, demostrarlo con alguna imagen. Siempre va a ser diferente el tipo que estuvo en la cancha, que sabe lo que significa errar un penal, meter un gol, que sabe perfectamente lo que se siente cuando uno gana o cuando pierde. Esto no significa que todos los futbolistas sepan contarlo o directamente que sepan lo que pasa. Con frecuencia vemos futbolistas que no hablan dentro de la cancha, y eso no es porque no tienen personalidad, sino simplemente porque no saben qué esta pasando.

¿Qué ventajas concretas tiene un ex futbolista cuando accede a un medio?
Haber vivido situaciones no te garantiza nada, si uno no saca provecho. Muchos me lo han dicho reiteradas veces, sobre todo gente que escucha las transmisiones que hago yo: "Vos hablás siempre del partido, a veces está bueno que tires algún chiste o alguna estadística". Y bueno, son maneras diferentes de llevar adelante una transmisión. Hay gente que, como no sabe qué decir, se va por las ramas o empieza a decir que el gol que metió ese jugador es en la misma circunstancia que otro. O empieza a joder con el que está en el campo de juego o con el relator, porque en síntesis no tiene mucho para decir. Yo hablo del partido, no quiero despreciar lo que dice el otro, pero es mi estilo: a mí no me interesa otra cosa. Las estadísticas tienen más valor para quien las dice que para quien las escucha. El fútbol es un ambiente muy difícil, pero el periodismo también. Muchas veces, los relatores están desesperados por que terminen de hablar los comentaristas para poder seguir ellos. Creo que, dentro de las limitaciones de tiempo que hay, cada uno debe utilizar su momento.

Los periodistas que no fueron futbolistas, ¿se apoyan en los que sí lo fueron?
No, y es un gran error. Igual, hay unos pocos que sí, una minoría. Siempre hay una barrera entre periodistas y ex deportistas y yo trato de que sea lo más chica posible. Cuando entré a la empresa muchos pensaron: "Uy, éste vino a quitarme el lugar". Y, a su vez, muchos jugadores se preguntan cómo puede ser que un periodista, que nunca jugó a nivel profesional, comente un partido". Yo estoy a mitad de camino. Me costó mucho meterme en el medio, luché contra muchas cosas, muchos prejuicios que por suerte desaparecieron.

Cuándo hacés un comentario, ¿cuánta importancia les das a la táctica y a la técnica?
La táctica siempre es relativa en un partido, porque está relacionada con los hombres, que no son sillas que no se mueven y vos las ponés y las dejas ahí. Las respuestas individuales van por encima de las colectivas. La táctica es un orden lógico, saber a qué juegan forma parte de la estrategia. Después está en cada uno. El futbolista entrena en la semana el plan general, lo que no entrena son conceptos y así ustedes ven los mismos errores todas las semanas. Al no entrenar conceptos, el técnico hace trabajos colectivos. El tema es que el 2, cuando tenga que cerrar, sepa por qué. El fútbol es muy complejo pero a su vez es muy simple, hay nociones básicas de cada posición. Y el entrenador no enseña. En 17 ó 18 años sólo dos entrenadores me enseñaron a desmarcarme. Yo tenía un grave defecto: me gustaba mucho la pelota, iba siempre sobre la pelota. Mi mediocampista nunca me encontraba en contra de la pelota, sólo quedaba frente al arquero por salidas individuales, y nunca me enseñaron a desmarcarme. Por eso creo que hay que tomarse el trabajo de tener tres tipos en el plantel que hagan trabajos diferentes, individuales, y después sí juntar a todos en la semana para que, colectivamente, haya una coherencia.

¿Tenés la misma sensación al comentar un partido por tele que en la cancha?
No, con la tele te perdés muchas cosas. Es una mirada muy parcial sobre la pelota y lo que pasa alrededor. Yo me di cuenta cuando fui a Alemania a comentar. Era la primera vez que comentaba un partido en la cancha y el panorama que uno tiene es diferente.

Antes de retirarte, ¿ya tenías pensado trabajar en los medios o tenías ganas de ser técnico?
No, el tema del periodismo no lo tenía pensado, fue algo que se dio. Yo participé en 1998 en "El Equipo de Primera", programa que conducía Fernando Niembro, y los mismos productores me invitaron a participar en Fox. Tampoco se me ocurrió ser entrenador, porque me parece que la profesión está bastardeada, es hasta a veces injusto lo que pasa. Hay muchos buenos entrenadores que no están trabajando y hay otros que sí, pese a que son de dudosa consideración. Un buen representante hace maravillas.

¿Hay una evolución del comentario en los últimos años?
Yo a veces me planteo si la gente puede entender lo que digo. Y no porque yo sea un genio o un intelectual, sino porque el país se ha empobrecido mucho culturalmente, deportivamente, y eso pasa porque nosotros primero buscamos el escándalo y después el análisis. Primero es la noticia, que vende, y después ver si esa noticia tiene algo de certeza. Yo tiendo al análisis. Hay un montón de cosas secundarias, irrelevantes, que se cuentan en un partido de fútbol. A mí me gusta el análisis de la situación, me parece que todavía hay un mínimo porcentaje de gente a la que le gusta escuchar por qué le pego mal a la pelota un tipo y apunto a que ese porcentaje crezca. Tal vez no lo logre, pero bueno... Para mí no podés comentar un partido con la computadora al lado. Muy poca gente entiende bien qué es lo que pasa.

Como futbolista, ¿te hubieras bancado que una mujer comentara el partido?
Sí, me he bancado que me dirigieran un partido en México. Pero acá el medio es muy machista y discrimina a la mujer. La aspiración máxima de una mujer es conducir el noticiero: no analiza, no opina, no la ves trabajando en un programa deportivo de radio. Hay pocas. Yo creo en la igualdad, viví 11 años fuera de la Argentina y tengo otra concepción, otra cabeza.

Fuente:
Eter.com.ar

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Ramón Maddoni - Fabricante de cracks

"Para el mejor DT del mundo y además un amigo". Esa es la dedicatoria –una de las tantas– que tiene Ramón Maddoni escrita con marcador sobre alguna de las tantas fotos que adornan la ruidosa confitería del Club Social y Deportivo Parque. Quien está junto a Ramón en esa foto y que firma la dedicatoria es Fernando Gago, actual jugador del Real Madrid de España, quien se inició esquivando conos en esa misma canchita, al lado de esa misma confitería ruidosa en donde los chicos de ahora, las figuras de mañana, revolotean por entre las mesas con la botella de gaseosa en la mano.

Maddoni está en su casa y se nota. Saluda a todos, conoce a todos por su nombre y se preocupa por presentar a cada uno de sus colaboradores para que quede claro que es todo un trabajo en equipo. El Club Parque es un club social fundado en 1949, que ganó su fama por la cantidad y calidad de los jugadores de fútbol que formó en los últimos 30 años. Desde Fernando Redondo o el Checho Batista, pasando por Juan Román Riquelme o Carlitos Tevez, hasta los más recientes Nicolás Gaitán y Lucas Viatri, nuevas figuras de Boca. Y todos tienen algo en común: el afecto, el cariño y el respeto por su “segundo padre”, Ramón Maddoni. “Cada lunes hacemos una comida en el club desde hace más de 20 años y cuando están en Buenos Aires vienen todos los chicos: Tevez, Gago, Insúa, Cambiasso, La Paglia, Sorín, Coloccini. Apenas llegan ya me llaman para vernos, y eso para mí es muy gratificante. Nosotros les damos mucho cariño a los chicos y ellos lo captan”, explica Ramón con humildad, sentado en una mesa rodeado de camisetas de diversos colores con los apellidos de “sus” chicos.

El proceso. En el año 1996, una de las primeras cosas que hizo Mauricio Macri como presidente de Boca fue ir personalmente al Club Parque para hablar con el responsable de esa fábrica de cracks. “Vino Macri, con Goyo Zidar y Jorge Griffa y me dijeron que querían toda la estructura de Parque para nutrir de chicos a Boca. Yo no lo dudé porque me convenció de que lo que estaban buscando era un proyecto a largo plazo”, recuerda Ramón, 12 años después y con varios de los frutos ya guardados en la canasta.

"Recién ahora, a partir de la categoría ’86, se empiezan a ver los verdaderos resultados del trabajo que realizamos, porque hasta acá los chicos que fueron saliendo han sido como injertos, que se fueron sumando en distintas categorías. El trabajo integral se ve en los que van saliendo ahora”, explica el dueño de la fábrica.

Y eso se debe a que el proceso de formación de un futbolista no es fácil ni rápido. Según Maddoni, los 5 años es el momento ideal para que los chicos comiencen con la escuelita y los fundamentos. “A esa edad ya te das cuenta cuando lo ves, si hay algún ‘distinto’. Lo ves por como se para, como dribblea, como se apoya”, comenta Maddoni revelando parte de su secreto. Hay chicos que se acercan por su cuenta a Boca o a Parque, y otros que son ‘rescatados’ de distintos lugares del interior del país, a través de colaboradores del club que hacen la función de buscadores y de clubes o empresarios que organizan partidos e invitan a Boca para que venga a observar chicos con talento.

“En Europa se sorprendían de que empezáramos a trabajar con los chicos desde los 5 años porque allá comenzaban a los 12, pero ahora están copiando lo nuestro y arrancan desde antes. Esto es clave, porque si no se pierden 6 o 7 años de trabajo en momentos de la vida en donde los chicos absorben mucho de lo que aprenden, es como empezar la escuela sin hacer primero inferior. Y a los 8 años ya pasan a cancha de once, con pelotas grandes, arcos grandes, igual que en Primera", cuenta Maddoni con referencia a los constantes intercambios con distintos entrenadores europeos, a tal punto que Aimé Jaquet, ex entrenador de la Selección de Francia campeona del mundo en 1998, estuvo hace algunos años en Parque copiando los métodos de formación con los chicos.

Sus secretos. Seguramente no se pueda hablar de un secreto que tenga Ramón Maddoni para formar y detectar a tantos buenos jugadores. Es un don y un carisma que no se pueden transmitir sólo con palabras. Más allá de eso, existen pautas que sirven como guía para el proceso de producción de figuras: “Si le tengo que aconsejar a alguien las claves para formar un buen jugador de fútbol, diría que lo más importante es la técnica. A partir de ahí, hay que trabajar mucho en los fundamentos (gambeta, cabezazo, patear con las dos piernas, cómo pararse, etc.); en el ritmo, que es la forma de trasladarse de un lado al otro en el menor tiempo posible; y por último la agresividad, que implica ir a todas las pelotas, poner bien el cuerpo y los brazos, trabar fuerte, etc. Estas son las principales características para ser un buen jugador de fútbol”, explica.

El otro tema que no es menor es cómo se puede detectar si un chico tiene talento, en sólo un partido o un instante que se lo ve con una pelota en los pies. “Lo que pasa es que de tanto ver jugadores buenos, el ojo ya se va acostumbrando y entonces es más fácil darse cuenta cuándo un chico es bueno o no”, concluye.

Presente y futuro. Hoy Boca empieza a disfrutar con más fuerza la aparición explosiva de una serie de juveniles que están cobrando cada vez más protagonismo. Aquel sueño de Mauricio Macri de poder tener 9 de los 11 titulares surgidos de las divisiones menores, todavía no se ha dado, pero no tardará en llegar, según Maddoni. “Por como se está trabajando y como se están dando las cosas, ese objetivo se puede llegar a dar dentro de unos tres o cuatro años más. Boca tiene entre 6 y 7 jugadores ‘distintos’ por categoría”, se confía este hacedor de ilusiones xeneizes.

Desde 1998 para acá y aparte de los títulos logrados, Boca lleva facturados en concepto de ventas de jugadores de sus divisiones inferiores, casi 170 millones de dólares. Lejos de esas ampulosas cifras, él sigue ahí, en su casa, rodeado de los chicos de ahora, que serán las figuras de mañana y que vendrán a hacer cada vez más larga y concurrida esa famosa mesa de los lunes.

Fuente:
Revista Noticias - Octubre 2008
http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=1622&ed=1658

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