El recambio está...

El partido sirvió para ver que la Selección tiene buena base y suplentes con espíritu titular.

La Selección ha logrado profundizar una de las máximas del Bambino Veira: la base está. Ahora también está el recambio. A Maradona se le abrió ayer un abanico de posibilidades confiables para tener en cuenta cuando los partidos demanden variantes o características de aquéllos que se suelen sentar en el banco. Se llenó de pruebas para futuras decisiones. Es que este equipo, mérito suyo, tiene suplentes de espíritu fuerte y de compromiso notable. Los que entraron contra Grecia generaron una revolución en el buen sentido.

No es fácil jugar contra un equipo que propone simplemente medio partido. La Selección, madura, tuvo persistencia hasta que aparecieron las soluciones.

Una de ellas se llamó Javier Pastore. Le dio al equipo salida con una gambeta gravitante, con la sociedad que conformó con Messi y con su atrevimiento. Si no rompés o eliminás barreras con una pared, cuesta destrabar el cerrojo de una defensa como la griega. Otro de los aportes que llegó del banco fue Palemo. A Martín no se lo puede medir de la cintura hacia abajo. Juega el Mundial igual que lo hace cuando tiene la 9 de Boca. En todos los casos se repite una situación: la pelota lo persigue. Es un crack de la cabeza. Pero en el stock de alternativas hay que añadir el dominio de Bolatti, las apariciones ofensivas de Clemente, la firmeza de Otamendi, la seguridad de Burdisso.

Es válido, entonces, apelar a un cliché del fútbol: esta Selección no tiene suplentes. Y si los tiene, no se nota...

Por Diego Latorre para el Diario Deportivo Olé. 23/06/2010