¿Se cierra más el arco o la visión de los goleadores?

Hay un aspecto del juego sobre el que, es evidente, no se trabaja en las divisiones menores. Y vaya a saberse desde hace cuánto tiempo viene sucediendo. Es lógico, lo que no se hace hoy en las Inferiores tendrá repercusión dentro de cinco o diez años en las categorías superiores. Y a su vez hoy estamos viendo esas consecuencias, producto de los descuidos de hace una década o más.

Es preocupante la incapacidad en la definición y su variado repertorio de errores. No ha habido trabajo, ni de los jugadores ni de los entrenadores que se preocupan más en "ganar" (y con estas fallas se hace difícil) que en formar goleadores. Hay una cuestión de caudal técnico, de conocer el movimiento para darle bien a la pelota. Es un concepto esencial mirarla antes de pegarle. Es lo que hace el tenista que no le quita los ojos de encima antes del raquetazo.

Hay otro concepto básico: el ejemplo Romario, que no tomaba al arquero como referencia. Es lo que no hace la gran mayoría de los delanteros. Al contrario, le revientan el pecho al arquero para no errarle al arco; claro, pero lo que yerran es el gol. La virtud del goleador brasileño era tomar al arquero como obstáculo para evitarlo, para que no se interpusiera en el recorrido de la pelota. La famosa "pausa letal" tiene que ver con esto. Es la centésima de segundo que se toma el verdadero y eficaz goleador para matar como un torero. En la pausa acomoda el cuerpo --como Bolatti contra Uruguay--, mira el arco, al arquero, busca los palos, y ahí va la puñalada. Romario, en general, tiraba a los postes; y al más alejado del arquero en cada caso. Sobre esta situación de pausa que facilita que el goleador mida el remate, Renato Cesarini afirmaba: "Dentro del área siempre hay tiempo...".

Estamos reclamando por la falta de enganches. Pero también escasean los goleadores; tanto o más importantes que los creativos, dado que el aporte de éstos en cuanto a armar circuitos de juego puede resultar inútil si las jugadas resultantes se desperdician frente al arco. Se vio en Huracán-River: no había en la cancha un solo delantero de área, y se malograron muchas situaciones clarísimas. Recordé el caso de la Selección y su desesperante necesidad de los goles de Palermo o Schiavi...

En la última fecha se marcaron 20 en los diez partidos. Promedio, un gol por equipo. Poquísimo...Hay que procurar que los pibes aprendan esta "profesión" de goleador. Porque si se es sólo eficiente para llegar al área rival pero no eficaz para meterla, no se le gana a nadie. Es más, no le ganaremos a nadie.

Por Roberto Perfumo para el Diario Olé. Martes 20/10/2009

El "Mariscal" fue jugador de Racing, Cruzeiro y River; también jugó en la Selección Argentina (37 partidos, entre ellos los mundiales 66 y 74). Es Director Técnico de Fútbol y Psicólogo Social. Actualmente escribe para el Diario Deportivo Olé y conduce el programa "Hablemos de Fútbol" por ESPN Deportes