Nada más alejado de nuestro fútbol que un DT alemán

La década del 60 nos trajo todos los libros de tácticas, y también a los técnicos que las llevaban a la práctica. Antes de esa época habían andado por aquí Emérico Hirschl (en el Lobo y River) y Franz Platko, entre otros. Pero en los '60 aparecen el gordo Feola (campeón mundial con Brasil en Suecia 58, se dormía en el banco de Boca) y el también brasileño Osvaldo Brandao, un fenómeno, en Independiente. También Elba de Padua, "Tim", genial estratega de los Carasucias de San Lorenzo.

Y sumo al húngaro Elmer Banki, un extravagante que dirigió a Ferro. Su entrenamiento preferido "con el objetivo de sacar piernas fuertes" era mandar a los jugadores a empujar los vagones de la playa ferroviaria cercana al estadio. ¿Otro? Jim Lopes (argentino pero formado en Brasil) quien en un golpe de suerte convenció a Valentín Suárez, presidente de la AFA en 1967, para que lo designara técnico de la Selección que iría a la Copa América en Uruguay. El primer día nos llamó a Albrecht y a mí, y serio y motivador dijo: "¡Con ustedes tendré una defensa inexpugnable!". Con Rafa nos miramos... al poco tiempo yo me operé de la garganta y no viajé.

La lista de "gringos" es larga y hay de todo. Rodolfo Kralj, un señor, yugoslavo que laburó con Menotti, hablaba cinco idiomas. Y cómo no citar a otro yugoslavo, Bora Milutinovic, que pasó por San Lorenzo y repetía una frase fantástica: "El fútbol es maravilloso, lástima que haya partidos...". Aquí duró muy poco pero dirigió en varios mundiales.

Y ahora, éramos pocos y llega Matthäus. Tuve una experiencia con un gran DT, alemán como Lothar. Se llamaba Dieter Cramer y dirigió un Resto del Mundo armado por la FIFA para jugar en Brasil. Estábamos Marzolini y yo, y al vernos entrenar le dijo a Silvio (que en verdad era flaco): "Tiene que bajar seis o siete kilos". Y a mí: "Usted no sabe jugar, toca la pelota y no sigue, se queda mirando". Yo había sido elegido el mejor jugador argentino y no entendía lo que decía; y menos entendía su concepto de juego.

Ahora imagino el escenario. Lothar hablando con el intérprete. El intérprete explicándole a Barbas, y Juan a los jugadores. Entre nuestro fútbol y la personalidad de un alemán hay una gran distancia. Hablo mucho con Beckenbauer y muchas cosas del fútbol de ellos no las entiendo. Y no me refiero al idioma. Y a él le pasa igual conmigo... Pese a todo, tal vez es lo que está esperando La Academia, aquello que ronde lo milagroso. En este caso, un milagro alemán-racinguista. Sea. Quizás algo así lo salve del descenso.

Por Roberto Perfumo para el Diario Olé. Martes 27/10/2009

El "Mariscal" fue jugador de Racing, Cruzeiro y River; también jugó en la Selección Argentina (37 partidos, entre ellos los mundiales 66 y 74). Es Director Técnico de Fútbol y Psicólogo Social. Actualmente escribe para el Diario Deportivo Olé y conduce el programa "Hablemos de Fútbol" por ESPN Deportes