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Vélez a Huracán, como le jugó EE.UU. a España

Hay una ventaja deportiva más allá de los gustos. Con el 0-0, el campeón será Huracán. Por eso, en principio, las mayores obligaciones serán de Vélez. Ahora bien: ¿cómo puede neutralizar y complicar al equipo de Cappa? No hay una ley escrita, aunque una de las formas podría ser con la receta con la que Estados Unidos venció a España en la Copa de las Confederaciones. Presión en el uno contra uno para recuperar la pelota y no dejarlo jugar, generándoles preocupaciones a los laterales, controlando a los volantes y tapándole al poseedor del balón las alternativas de descarga; abriendo la última línea y desnivelando con potencia física sobre la zona central. Porque en esos primeros 30 minutos, EE.UU. no sólo presionó para que el rival no jugara, sino también para lastimar a Casillas.


En un hipotético mapa del partido, Huracán saldrá con el clásico 4-3-2-1 y Vélez lo hará con el 4-4-2 elástico, con tendencia a que Moralez se corra como enganche. Las preocupaciones de Gareca pasarán por tapar a Bolatti, Defederico y Pastore, aunque habría que incorporar, además, en ese podio a Toranzo, porque siempre se las ingenia para estar donde lo necesita el equipo. Vélez puede armar el siguiente plan para robarle la pelota a Huracán cuando éste salga jugando por abajo con Monzón. Hernán López taparía a Bolatti para que no sea la primera alternativa de descarga; Moralez y Cubero tomarían a los volantes Leandro Díaz y Toranzo, y luego le quedarían seis futbolistas para doblar las marcas sobre el tridente ofensivo: entre Sebastián Domínguez y Otamendi se encargarían de Nieto; entre Papa y Zapata, de Defederico, y entre Gastón Díaz y Razzotti, de Pastore. Esas marcas no serían personales, sino por zonas. Así, la idea es que Juan Manuel Martínez le genere una "trampa" a uno de los laterales. Los libera y va, en principio, sobre los centrales Goltz y Eduardo Domínguez. Permite que Araujo o Arano se proyecten para luego, una vez que la presión de su equipo surtió efecto, picarle a la espalda, al sector que quedó vacío. Una vez que él desbordó, podrían llegar cinco o seis futbolistas de Vélez a pisar el área rival. Si en ese momento les gana la espalda a un lateral y a Bolatti, Huracán puede sufrir.

Vélez cuenta con alternativas para concretar. En el Clausura, anotó 16 goles de jugada colectiva (2 de ellos de cabeza), 2 de contraataque, 1 desde fuera del área, 4 de penal, 1 de tiro libre directo y 4 de pelota parada (todos de cabeza). Tiene un goleador temible como López (11 festejos), pero todos llegan a la red y también asisten: lideran esta última tabla Papa (7 pases gol) y Zapata (4).

¿Cómo puede contrarrestar esa presión Huracán? Con mayor movilidad, jugando a un toque y con rotación del balón. O, de lo contrario, apostando a las segundas jugadas: dividiendo la pelota desde Monzón hasta el campo rival y estando atentos para agarrar el rebote, ya con las marcas algo desajustadas y con los adelantamientos no sólo de los laterales, sino también de Díaz y de Toranzo. No hay que olvidarse de la pelota parada: Huracán tiene muy buenos cabeceadores y no sólo anotó 10 goles de los 35 por esa vía, sino que Vélez también sufrió allí: 5 de los 13 tantos que recibió fueron desde una pelota detenida. Huracán, con espacios, también es muy complicado: anotó 8 goles de contraataque y otros 5 con disparos desde fuera del área. El de Cappa es un equipo más completo en recursos. Por eso Vélez, aunque tenga la defensa menos vencida, deberá duplicar la concentración. Y, quizás, en la presión sincronizada encuentra la llave del éxito.

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