Desde el 2001 hasta 2015 le dimos profesionalismo a los debates futboleros de café.

Hablamos de Entrenamiento, Táctica, Estrategia, Conducción de Equipos, Historia y Cultura del Fútbol

Unificamos nuestras fuerzas para seguir desde FÚTBOL FORMATIVO

Podés usar este buscador para navegar entre nuestros archivos:

Leo, el muchacho que borda lo fácil

Ves jugar a Messi y piensas: hace cosas imposibles. Lo ves moverse, correr, driblar, marcar y dices: es un genio, hace cosas dificilísimas de hacer. Pero te equivocas. Lo grande de Messi es que hace cosas muy sencillas. O que hace aquello que nos parece difícil, fácil, cómodo. ¿Por qué es el mejor jugador del mundo? Porque tiene la capacidad de hacer lo difícil sin sufrir, sin angustiarse, sin padecer. Sufriendo no puedes ser el mejor en nada, en nada. Leo flota por el campo, a veces tienes la sensación de que no está, de que se esconde. Pero está. Y el rival lo sabe. Y lo saben sus compañeros, que han aprendido que sus apariciones van a ser el arma que les dará la victoria. Eso es lo que le hace tan grande.

Su objetivo solo es uno: divertirse

Miremos lo que hizo anoche Leo Messi. Miremos y pensemos, no cómo lo ha hecho, sino gracias a qué lo ha hecho. Y lo ha hecho porque es listo, inteligente y, sobre todo, porque tiene las condiciones adecuadas para hacerlo. Por ejemplo, mide sus esfuerzos como nadie. Nadie, en el Barça, se desgasta menos que Leo. De ahí que sus esfuerzos fueran anoche los justos. De ahí que, llegado el momento, en sus ocho acciones de gol (cuatro de ellas terminaron en las redes) hiciese 30 metros o 40 fulgurantes, únicos, vertiginosos, porque se había reservado para esos instantes. Si se pasara el partido corriendo, persiguiendo su momento, cuando le llegara no tendría chispa, llegaría agotado al instante de chutar, de rematar. Además, no olvidemos que técnicamente es buenísimo. Es imposible ser el mejor si no eres exquisito técnicamente. Y, tres, se divierte jugando, se lo pasa en grande jugando, porque es de esos muchachos, de esos jugadores, que mantienen la inspiración, las ganas, que tuvieron de niños, cuando empezaron a jugar pasándoselo bien, divirtiéndose.

Y, encima, el mejor tiene el mejor equipo

Y, claro, si al mejor lo arropas con el mejor equipo, la conclusión no es otra que el 4-1 de anoche. Equipo maravilloso, eficaz, disciplinado, inteligente, derrochador, para el goleador más eficaz. Y es aquí donde muchos se preguntan, te preguntan, por qué Leo no es así cuando juega con Argentina. Porque los compañeros no son los mismos, ni siquiera su situación en el campo y él se ve obligado a correr más, a buscarse más la vida de forma individual y derrocha energías sin sentido. Y Pep, que lo ha apartado de la banda, lo ha colocado en un sitio donde lo ha convertido en la referencia de sus compañeros. El equipo empuja, trabaja, elabora y roba para proporcionarle a Leo las mejores situaciones en las que él puede convertirse, en 30 o 40 metros, en lo que es: un jugador decisivo, determinante, perfecto.

Por Johan Cruyff. El Periódico de Catalunya. 07/04/2010

1 comentarios:

JIC 12/4/10, 3:29 p.m.  

Creo que alguna vez lo hablamos, pero no estoy de acuerdo en eso de que un jugador de fútbol se divierte en la cancha. El fútbol podrá ser entretenido, pasional o cualquier cosa, menos divertido. Todos los que amamos el fútbol sufrimos muchísimo por el mismísimo fútbol (mucho más de lo que disfrutamos). Basta verlo cómo se lamentó en ese mismo partido después de errar un mano a mano y cuando ya había hecho 3 goles. Si queremos divertirnos juguemos al ajedrez o al Winning Eleven. Un abrazo!

  © Blogger templates Newspaper III by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP