Primero la columna, después "la familia"

El Ciclón y su estructura básica (Boca y el Pincha se le asemejan) reafirman el concepto de cinco puestos clave y un buen "relleno" que acompañe.

No hay caso, ya pasaron ocho fechas del campeonato Clausura y se demuestra que un universal concepto futbolístico sigue vigente: es el de la "columna vertebral". Y es tan imprescindible como eterno. Es suficiente, para comprobar su importancia, comparar el concepto con el armazón del cuerpo humano. ¿Qué seríamos nosotros sin esa columna?... Seríamos lo que son los equipos que carecen de ella.

Ramón Díaz, que hoy empieza a asombrar con su San Lorenzo, fue a lo primero que apeló, aparte de la cuestión anímica. Es sabida la composición de esa estructura. Un arquero que ataje; un defensor central que la saque, como sea, de su área; un volante central siempre ubicado entre la pelota y su arco y que juegue a uno o dos toques luego de cortar; un creativo que separ armar la mejor jugada, que maneje los tiempos (pausa o aceleración) en determinados lugares del campo y que no carezca de gol; y un goleador que haga goles, en serio, que termine la jugada devolviendo gentilezas a quienes trajeron la pelota a la zona de definición.

El riojano —hoy sí ya es el más famoso— le puso los apellidos (un gran acierto) a esa columna vertebral. Y de ahí la razón de esta fantástica campaña que genera alguna incredulidad: "¿Cómo puede ser?", "tiene culo, juega mal, se va a caer, siempre lo salva alguno"... Sí, claro, en el fútbol todo es posible. Pero Díaz recurrió a los más simple. Orión por Saja. Bottinelli o Méndez (en la columna pueden rotar los roles). Trajo a Ledesma y a Fernández. Y para el gol, Silvera arriba (o, no tanto, Lavezzi). Y sí, alguno de ellos lo salva. Un día Orión; otro, Bottinelli. El gol contra Lanús lo dice todo: la pelota pasa por, al menos, tres jugadores de la estructura: Bottinelli, la Gata y Silvera.

Recuerdo que Labruna decía: "Elija bien la columna vertebral, y en los otros puestos, si quiere, ponga a su familia". Pero aclaraba que los "familiares", el "relleno", tenían que saber jugar con los de la columna. "Si quiere atacar por la derecha ponga dos tipos que se la pasen entre ellos y progresen por la banda".

Aquel gol contra el Granate también es ejemplo del aporte de los "no columnistas". El pase de Rivero para el remate de Silvera fue magistral. El "relleno", no de tanta importancia pero valioso, es otro acierto de Ramón en cuanto a completar el cuerpo, el equipo. Y ahí andan los Alvarado, González, Rivero, Ferreyra, convirtiéndose en protagonistas...

Porque todo empieza con la estructura vertebral bien armada, para que luego todo el "organismo" pueda acompañar bien. Mirá qué fácil... En realidad, el concepto es casi más antiguo que el propio ser humano. Si tenés dudas, preguntale a Ramón.

Por Roberto Perfumo
Diario Olé