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Informe Técnico FIFA de la final Barcelona - Santos (2011)

La final se redujo, en parte, a la comparación del desempeño de Neymar y Messi; sin embargo, tal parangón realmente no se ofreció, por cuanto muy rara vez se apreció una diferencia tan crasa en una final. Pese a ello, la calidad individual y el dominio del balón de los brasileños fue la característica más marcada del juego del Santos y constituyó una constante fuente de peligro para todo adversario. Sin embargo, las estadísticas revelan la diferencia con absoluta certeza. El control de la pelota y las triangulaciones del Barcelona, es decir, el dominio del balón en toda la cancha –denominado “la circulación” o “el tiqui-taca“– se reflejó netamente con una tasa del 70 %.

El Barça efectuó nada menos que 839 pases completos contra 208 del Santos. El hecho de que el 92 % de los pases catalanes hallasen receptor fue un indicio más de que el Santos prácticamente nunca estuvo en posesión del esférico, además de la desventaja sicológica que ello implicaba: si bien participó en el partido, lo hizo generalmente solo como comparsa, por cuanto perseguía únicamente la pelota y, en caso de que finalmente lograra hacerse con el esférico, lo volvía a perder en fracción de segundos. Uno de los elementos decisivos para el triunfo fue asimismo la rápida recuperación del balón. Es cierto que también el Barça perdía balones –justamente en el caso de las vertiginosas gambetas de Messi, Iniesta o Dani Alves (99 en todo el partido); sin embargo, la máxima del equipo catalán era volver a recuperar el esférico cuanto antes. Ello constituyó una de las grandes virtudes del cuadro catalán, el cual despojó del balón al adversario en campo contrario el 32 % de las veces, mientras que el Santos logró esta hazaña únicamente el 12 % de las veces. Ello significó a su vez que los brasileños no tuvieran tiempo para armar su juego tranquilamente por hallarse en seguida bajo presión, con lo cual, el Barcelona “sofocaba” prácticamente a su adversario. Gracias a la calidad individual de jugadores como Neymar, Ganso o Borges, el Santos logró de cuando en cuando soltarse de la agobiante presión catalana y lanzar algunos ataques. Sin embargo, se trató meramente de dos remates a la meta durante todo el choque, mientras que el Barcelona disparó diez veces a puerta, anotando cuatro tantos.

Mientras que el Santos confiaba netamente en la calidad individual de sus integrantes, la clave del éxito del Barça fue una combinación de varias virtudes, lo cual explica esta desmesurada superioridad: existió un preciso concepto de juego con una clara repartición de zonas. Las tres posiciones en la punta se hallaban permanentemente ocupadas. Luego de una pérdida de balón, el Barcelona recuperaba el esférico con extrema rapidez. La técnica individual de los jugadores fue naturalmente otro signo de su calidad. Las cifras y la impresión visual permiten una única constatación válida: El FC Barcelona es actualmente la referencia por excelencia.

Tendencias y observaciones

El FC Barcelona planteó un claro concepto de juego (circulación de balón - tiqui-taca) con una definida formación de líneas. Los catalanes operaban siempre con tres delanteros netos; sin embargo, contrariamente a años anteriores, no importaba si era el zaguero lateral derecho Dani Alves quien se desempeñaba como centrodelantero o el auténtico ariete Lionel Messi. Ya no se trata del tipo de jugador, sino meramente del papel que debe desempeñar en cierta posición.

En situaciones de pérdida de balón, el Barça recuperaba extremadamente rápido el esférico. Según investigaciones realizadas en Europa, el Barcelona recupera el balón en un 60 % de los casos en el lapso de 5-7 segundos. El adversario nunca logra llegar a la meta del Barça en tan breve tiempo, por cuanto 1/3 de los quites de balón ocurre en la mitad del campo contrario, o sea que el sofoco es prácticamente constante. De la misma manera, la calidad individual de los jugadores es extraordinaria: si bien se considera a los brasileños como los reyes de la gambeta, en 19 tentativas de regate en la final logró imponerse únicamente el 26 % de ellos, mientras que el Barcelona ostentó un increíble ¡74 % de dribleos con el mismo número de tentativas!, sin duda alguna, ante todo un mérito de Lionel Messi. Otro motivo para el mediocre rendimiento brasileño fue seguramente la calidad individual de los catalanes en la zona de contención.

Se impone la pregunta: ¿acaso el FC Barcelona es el único equipo que sabe jugar de tal manera o se trata del fútbol del futuro?

Autores: Jean-Paul Brigger y Christofer Clemens

Fuente:
http://es.fifa.com/mm/document/footballdevelopment/technicalsupport/01/58/36/51/reportclubwc2011.pdf



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