Boca vs. Boca, el que ataca contra el que defiende

Julio Falcioni había arrancado con el pie derecho. En apenas 15 días había armado un equipo: García; Calvo, Caruzzo, Insaurralde y Clemente Rodríguez; Chávez, Somoza, Rivero y Colazo; Mouche y Palermo. Con un sistema táctico 4-4-2 no sólo venció a Independiente, River y San Lorenzo, sino que tuvo un alto desempeño a fuerza de orden, juego en equipo, esfuerzos solidarios y explosión en ataque. En apenas 15 días, el flamante DT logró que Boca respete una idea, se sienta cómodo con ella y la lleve a cabo como si llevaran años de trabajo juntos. Hasta en el superclásico de Mar del Plata mostró (y ejecutó) dos jugadas de pelota parada preparadas, algo que hacía tiempo tampoco se veía en Boca. El equipo estuvo coordinado hasta en la presión, vista en su máximo nivel frente a San Lorenzo, cuando Placente fue asfixiado contra su lateral por cuatro rivales y la acción casi termina en gol luego de un centro de Mouche y un cabezazo de Viatri. Ataque y defensa estaban sincronizados.

No fue menor lo alcanzado por Falcioni, teniendo en cuenta que en los últimos dos años hubo tres técnicos que no pudieron lograrlo ni sostener por dos partidos seguidos una idea y un rendimiento -físico y futbolístico- similares: Alfio Basile, Abel Alves y Claudio Borghi.

Pero el plan ideal de Falcioni, en principio, se vio modificado, ya que el DT decidió incluir un medio campo nuevo para el debut oficial ante Godoy Cruz: Battaglia, Somoza y Erviti más Riquelme, en un 4-3-1-2. Con la incidencia, además, de las inactividades que arrastran Battaglia y el N° 10, que apenas jugó un partido y medio en el Apertura 2010. Frente a Godoy Cruz, más allá de los errores técnicos del arquero García, el problema fue que se vio un Boca vs. Boca, el que ataca contra el que defiende. Arriba, generó peligro y cerca de 18 aproximaciones; abajo falló, aunque las responsabilidades del 1-4 fueron de todo el equipo. No sólo de García, Calvo, Caruzzo, Insaurralde y Clemente. En eso también cometieron errores Somoza, Battaglia, Erviti, Riquelme, Palermo y Mouche.

Uno de los puntos fuertes del verano fue también el trabajo de Boca por las bandas. Porque Chávez y Colazo se desdoblaron y siempre generaban con Calvo y Clemente -respectivamente- más Rivero o Somoza, el volante que se asociaba por ese sector, la superioridad sobre los costados para recuperar y salir rápido contra el arco rival. Anteayer hubo lentitud para atacar y más para defender, en el retroceso. Mouche fue el mejor, pero como era el único que picaba y llegaba hasta el fondo no se le podía pedir que encima volviera rápido ante la pérdida del balón porque terminaba fundido. Palermo ya no está para esos trotes; Riquelme no está bien físicamente, como Battaglia. Demasiada desventaja. Encima Boca jugó encerrado y les regaló los costados a los mendocinos que, con Miranda y Sánchez por la derecha y con Villar y Torres por la izquierda en un 4-5-1, lo lastimaron por afuera. Los cuatro goles se gestaron por las bandas y terminaron en el centro. Boca, en el verano, había tenido aceitado el trabajo defensivo y las coberturas; el domingo fue vulnerable y Godoy Cruz le metió cuatro goles en apenas cinco llegadas.

Falcioni puede confirmar ante Racing a los mismos (salvo Erviti, suspendido), pero juegue con el sistema que juegue debe volver a mentalizar a su plantel que el Boca que defiende es tan importante como el que ataca. Y que sólo con los nombres ya nadie juega.

EL TERMOMETRO DE LOS CMABIOS

G. CICHERO X C. LEMA
ST, AL INICIO

NEWELL'S : Sensini se equivocó al poner una línea de 3 pesada (Lema, Schiavi y Fuentes) para controlar a los veloces volantes de Estudiantes. Cuando lo intentó corregir fue tarde.

J. RESPUELA X F. ZUCULINI
ST, AL INICIO

RACING : ante la lesión de Zuculini, Russo eligió el camino más simple. Puso a Respuela como volante por la izquierda y a Licht de lateral. Cambió del sistema 3-4-1-2 al 4-3-1-2.

C. SALOM X M. RICCI
ST 21 MINUTOS

OLIMPO : más allá de que Salom hizo el 2-1 en el final, el punta (que se movió como volante) aportó cambio de ritmo y desequilibrio. De Felippe mostró decisión para ganarlo.

Por Christian Leblebidjian
LA NACION - 14/02/2011