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Si un DT cierra un partido, el otro lo puede abrir

Colón le ganaba 2 a 0 a Vélez y tuvo un par de chances claras para definir el resultado durante el primer tiempo: aquel zurdazo de Rivarola en el palo, un contraataque 4 vs. 4 que finalizó en un gol bien anulado por offside de Fuertes y otro remate del Bichi que se fue cerca. Así y todo (y con algunos futbolistas de Vélez nerviosos, como Cubero y Domínguez) Mohamed hizo un cambio para cerrar el partido : Nicolás Torres (lateral izquierdo) por Ledesma (delantero). Fue una modificación cantada de encuentros anteriores, aunque esta vez lo hizo en el entretiempo. Más allá de que le salió mal por rendimientos, porque al minuto le hicieron un gol y porque terminó perdiendo 4 a 2, el error del DT de Colón no apunta tanto a ver cuán defensivo quedó parado su equipo, sino las consecuencias de la modificación. Al entrar Torres, Rivarola fue como doble 5 junto con Prediger; Capurro se corrió a la derecha y Sciorilli pasó a jugar de punta con Fuertes. Es decir: fueron demasiados cambios para un solo cambio. Lo mejor, en estos casos, es tocar lo menos posible, más si el equipo está ganando y tiene a su rival semicontrolado, confundido. El otro error del local fue que -más allá de las modificaciones- defendió tan cerca de Pozo que le facilitó las cosas a un Vélez revitalizado.

Gareca hizo bien los cambios. Pero su primer acierto fue intentar reemplazar a un enganche como Moralez con un esquema titular más cercano al 4-2-4 (como Lanús) que al 4-4-2, ya que ubicó en los extremos del medio campo a Cristaldo (delantero diestro ubicado sobre la izquierda) y Velázquez (enganche zurdo volcado sobre la derecha), detrás de Larrivey y López. Resultó clave el ingreso de Gastón Díaz, pero Velázquez tuvo tres chances de gol muy claras en los primeros 6 minutos. Si alguna de ellas hubiera terminado en gol, se habría destacado la audacia del DT de Vélez antes de hacer las modificaciones. Gareca se adaptó al partido y con el ingreso de Díaz por Velázquez pasó a jugar con un sistema 3-4-3, con él y Papa como carrileros. Y ambos les ganaron las espaldas a Capurro (jugada del descuento de Cristaldo) y Torres (en la acción del penal y del 4° gol).


¿De qué otra forma se pueden medir las intenciones ofensivas de unos y otros ante un choque histórico como el de anteayer? Marcando la cantidad de veces que un futbolista de cada equipo pisó el área rival con pelota dominada: Colón lo hizo 10 veces y Vélez, 25. En el equipo de Gareca llegaron todos: Larrivey (4), Gastón Díaz (4), López (4), Cristaldo (4), Nanni (3), Velázquez (2), Martínez (2), Zapata (1) y Papa (1). Y en el último minuto, quien le pedía el pase en la jugada que Nanni remató de zurda por sobre el travesaño fue Razzotti..., el volante tapón.

Por momentos se prestaron hasta los nervios, pero en el juego de los bancos también ganó Gareca. Porque fue el más simple, no rotó todo un equipo en función de un cambio y, de los dos, fue el que más se animó a ganar. Aun en el peor momento de su equipo.



(Christian Leblebidjian para La Nación)

1 comentarios:

Marcelo,  6/7/09, 4:13 p.m.  

Excelente análisis.

Muestra que Gareca es un DT audaz, que va al frente...

y también que un cambio que en los papeles parece defensivo (Diaz x Velazquez) puede ganar partidos

Saludos

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