"Ya no quedan tantos maestros como antes"

Carlos Timoteo, el Viejo, el Maestro. Griguol y una charla distendida, tranquila, respetuosa, en el living de su casa de Caballito. A pocas cuadras de su querido Ferro.

(Fuente: Diario Olé)

¿Sigue tan apasionado por el fútbol?
-Es lo que más me apasiona. Veo todo. O salgo a caminar o veo fútbol...

Y sonríe por primera vez en la charla. Carlos Timoteo, el Viejo, el Maestro. Griguol y una charla distendida, tranquila, respetuosa, en el living de su casa de Caballito. A pocas cuadras de su querido Ferro.

-¿Va a la cancha?
-Poco. Veo mucho fútbol por televisión. Muchísimo, de todo. O me junto con el Cai (Carlos Aimar) y discutimos sobre fútbol.

-Cuando se pone a ver fútbol, ¿es muy analítico, muy detallista o lo hace desde el punto de vista de un espectador más?
-Enseguida veo qué cambio debería hacer el técnico, si lo van a atacar por ese lado... Sí, me doy cuenta enseguida de los pequeños errores.



-O sea que está para ponerse la gorrita y pararse al lado de la línea...
-Nooooo... (se ríe con ganas). Ya estuve mucho. La edad es la que manda...

-¿Extraña estar más cerca del fútbol?
-Sí, siempre se extraña estar dentro de un club. Dirigir es lo más lindo...

-Los técnicos son cada vez más jóvenes.
-Cuánto más jóvenes empiezan, mejor para ellos porque van a durar mucho más. El problema es la experiencia. Si no tenés tanta, podés cometer errores. Y si no tenés experiencia, en algún lado tenés que buscarla (sonríe). Y golpearse permanentemente.

-Troglio, uno de sus alumnos, llegó a Independiente a los 40...
-Ser técnico también implica manejar a los dirigentes, a la prensa... Hay que ir aprendiéndolo. Y rodearse de buena gente. Cuando llegué a Ferro, pedí tres personas para poder manejarme con ellos diariamente. Y eso que era un club chico, con menos problemas que los grandes...

-Seguramente en River se encontró con otra problemática... ¿Se arrepiente de haber ido?
-No. Había salido campeón con Ferro y me vinieron a buscar. Es diferente dirigir un club que el otro, pero también es lindo. Al técnico lo seduce dirigir un equipo grande. Tiene otras posibilidades.

-Y más presiones.
-La diferencia son las urgencias, sí, sí... Pero eso se maneja...

-También para los jugadores es diferente la responsabilidad. ¿O pasa por la técnica individual?
-Pasa por todo. Por el carácter, por lo que saben de fútbol y también por el aspecto físico. Hay jugadores a los que no les gusta correr... Y cada vez es más importante prepararse bien para jugar al fútbol.

-Usted fue uno de los que implantó cosas como las pretemporadas serias...
-Sí, las inventé yo. Después las hicieron todos. Nos íbamos a Córdoba. Después se notaba una diferencia física con los demás, en algunos casos era enorme.

-¿Se considera un revolucionario en el fútbol?
-No, pero hice las cosas que me parecían correctas, con las que lograba un beneficio. Muchas veces dicen que cosas que hacía yo quedaron para siempre. Por ejemplo el trabajo con pelota parada. Yo aprendí mucho de Victorio Spinetto.

-Es suegro y maestro, a la vez. Marchesini y Perrone dirigen en Ecuador.
-Los dos se largaron conmigo. Fueron ayudantes de campo. Pueden ser mis continuadores. A todos mis ayudantes, siempre les hice anotar en un cuaderno todo lo que se hacía durante todo el año. Podían estudiarlo, investigarlo, mejorarlo...

-¿Los técnicos de hoy saben de fútbol?
-No sé. A veces lo demuestran las formaciones que hacen y que no se mueven de 4-3-3 o 3-4-3...

-¿Cúper fue su mejor alumno?
-Sí, claro, por lo que sabe y por lo que logró. Era muy obediente. Era el conductor de la línea de fondo. Para eso hay que saber mucho. Y lo demostró en Europa. No va cualquiera para allá.

-¿Y de los que están dirigiendo en la Argentina?
-No tengo mucho conocimiento de lo que hacen, salvo lo que veo por tele... que mucho no se ve.

-Pero usted dijo que se la pasa viendo partidos...
-Por eso... Hay técnicos que parecen tener muy buen contacto con el plantel, pero no salen de su libretita. Si van ganando, por ejemplo, 2 a 1, algo hay que hacer y ellos no cambian. No les pasa a todos, pero a la mayoría sí... No saben aplicar variantes para atacar, por ejemplo. Se sabe defender el arco, pero no se sabe atacar. En el fútbol de hoy se le da mucha más importancia a defender que a atacar. Y eso debería depender del resultado. Pero muchas veces los equipos van perdiendo y no saben cambiar. Se preguntan: ¿cómo hago ahora para llegar al arco contrario?

-¿Es más cuidadoso el fútbol actual?
-Creo que sí. Pero ojo, no todos los técnicos, ¿eh?

-¿No le gusta ninguno?
-Los que están, Ischia, Ramón Díaz, Simeone... todos eran jugadores cuando yo era técnico: a todos les conozco todo... (otra vez se ríe con ganas). Me gusta cómo trabaja Jorge Burruchaga. Sus equipos se manejan muy bien. Ya desde chico se notaba que era muy disciplinado. Y Marcelo Bielsa. Es una lástima que no dirija en Argentina. Podría aportar mucha seriedad y conocimiento...

-Los técnicos cobran cada vez más protagonismo. Se la pasan dando indicaciones, desesperados, como si quisieran manejar a los jugadores a control remoto.
-Debe ser una persona más dentro del grupo. Pero todo el tiempo. En la cancha juegan los jugadores.

-¿Cambió el rol?
-Sí, puede ser. Siempre se necesitaron maestros que los sepan llevar a los jugadores. Ahora es más difícil, hay muchas urgencias. La verdad, ya no quedan tantos maestros como antes. A los técnicos les tiene que gustar enseñar, deben ser muy didácticos.

-A Troglio, uno de los temas que lo expulsaron del Rojo fue su buena relación con el plantel.
-Teniendo una relación fraternal con ellos te puede ir bien o mal en cuanto a los resultados. Pero así los ayudás a crecer..

-¿Es imprescindible haber sido jugador para ser técnico?
-El fútbol te da la experiencia. En un vestuario pasa de todo. Toda esa experiencia es inigualable. Se puede saber de táctica, pero es importante haber pasado por un vestuario.